Dormir de lado es una de las posiciones más comunes para conciliar el sueño.
Esta postura tiene sus ventajas, como la reducción del reflujo gástrico y la mejora de la respiración, especialmente para quienes padecen apnea del sueño o ronquidos. Sin embargo, a pesar de sus beneficios, dormir de lado también puede traer consigo ciertos inconvenientes que afectan tanto la columna vertebral como otras partes del cuerpo.
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1. Dolores y tensiones musculares
Dormir de lado puede provocar problemas en la alineación de la columna vertebral si no se utiliza una almohada adecuada o si el colchón no proporciona el soporte necesario. En esta posición, la curva natural de la columna puede verse alterada, lo que aumenta la tensión en la zona lumbar, el cuello y los hombros. Esto puede causar rigidez al despertar, dolores de cuello o espalda, e incluso problemas musculares a largo plazo.
Es importante que la almohada eleve adecuadamente la cabeza para que el cuello se mantenga alineado con la columna vertebral. Si no se corrige esta desalineación, se corre el riesgo de padecer contracturas musculares frecuentes, especialmente en el área del trapecio y los hombros.
2. Presión en las articulaciones
Otro inconveniente de dormir de lado es la presión que se ejerce sobre las articulaciones, especialmente en los hombros y caderas. Las personas que duermen en esta posición tienden a colocar el peso del cuerpo sobre un lado, lo que genera un aumento de la presión en estas áreas. Con el tiempo, esto puede provocar malestar y dolor en las articulaciones, e incluso causar inflamación o compresión de los nervios, como ocurre en el síndrome del túnel carpiano en los brazos.
Para minimizar este problema, algunos expertos recomiendan colocar una almohada entre las rodillas. Esto ayuda a reducir la presión en las caderas y mantiene la alineación de la pelvis y la columna.
3. Arrugas faciales y flacidez de la piel
Dormir de lado también puede tener efectos negativos sobre la piel del rostro. Al mantener la cara apoyada en la almohada durante varias horas, se produce una fricción constante que puede contribuir a la aparición de arrugas y líneas de expresión. La presión prolongada sobre un lado del rostro puede deformar temporalmente los tejidos y hacer que la piel pierda elasticidad con el tiempo.
Además de las arrugas, algunas personas experimentan hinchazón en el lado de la cara que está en contacto directo con la almohada. Para minimizar estos efectos, se recomienda usar una funda de almohada de seda o satén, que reduce la fricción en la piel, o cambiar regularmente de lado para evitar ejercer presión constante sobre un solo área.
4. Problemas respiratorios y digestivos
Si bien dormir de lado es beneficioso para reducir los síntomas de reflujo ácido, puede ser contraproducente si se duerme sobre el lado derecho. Los estudios han demostrado que dormir sobre el lado derecho puede aumentar los síntomas de acidez debido a la disposición anatómica del estómago y el esófago. Dormir sobre el lado izquierdo, por el contrario, facilita el flujo correcto de los jugos gástricos y disminuye el riesgo de sufrir de reflujo.
En cuanto a la respiración, aunque dormir de lado es una de las posiciones recomendadas para mejorar la apnea del sueño, algunas personas pueden sentir dificultad para respirar si el cuerpo está demasiado encorvado. Esto ocurre porque la caja torácica tiene menos espacio para expandirse completamente, lo que reduce la capacidad pulmonar y puede afectar la oxigenación durante la noche.
5. Problemas circulatorios
Cuando se duerme de lado, sobre todo si se cruza una pierna sobre la otra, puede generarse una presión excesiva en ciertos vasos sanguíneos, lo que impide una adecuada circulación. Esta postura puede provocar hormigueo, entumecimiento o incluso que se "duerma" alguna extremidad durante la noche. Aunque estos efectos son temporales, la repetición continua de esta compresión puede ser molesta y afectar la calidad del sueño.
Para mejorar la circulación, es recomendable no cruzar las piernas mientras se duerme de lado y asegurarse de que el colchón sea lo suficientemente cómodo para distribuir el peso del cuerpo sin ejercer presión excesiva sobre los puntos de contacto.
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