Uno de los mayores enigmas de la aviación ocurrió hace 46 años, precisamente el 31 de enero de 1978, cuando el vuelo 502 de la aerolínea española Aviaco, se encontró con un supuesto "Viaje Espacio-Tiempo", un suceso que describe un salto en el tiempo, aunque en este caso sería más correcto hablar de una "pérdida" del tiempo.
Algunos creen que estos eventos se deben a fenómenos atmosféricos extraños, aunque esta teoría, ni ninguna explicación para ella, nunca ha sido probada o publicada, pero vayamos a los hechos.
El 31 de enero de 1978, los pasajeros del vuelo 502 de la aerolínea española Aviaco abordaron el avión, un Caravelle 10R, procedente del aeropuerto de Manises, en Valencia, con destino al aeropuerto de Sondika, en Bilbao. Los procedimientos de embarque, carga y despegue se desarrollaron sin ningún inconveniente.
Sin embargo, a medida que el vuelo se acercaba a su destino, el Comandante Carlos García Bermúdez y su tripulación avistaron un muro de nubes ubicado a 1 km de altura, la tripulación decidió entonces detener el descenso y mantener la altitud en 12,000 pies, ya que la torre de control de Sondika les informó que no podían aterrizar ya que el aeropuerto estaba operando en condiciones de poca visibilidad debido a las condiciones climáticas adversas.
La misma torre de control también ordenó que el vuelo se desviara al aeropuerto de Santander, a unos 100 km de distancia, ya que había condiciones climáticas favorables para aterrizar allí, por lo que respetando la orden, el avión continuó hasta Santander, un tramo que no habría tomado más de 15 minutos, y hasta ese momento, dejando a un lado el clima, todo estaba bien y se habían respetado todos los procedimientos.
De repente, sin embargo, la tripulación detectó algo anormal frente a la aeronave, al no tener visibilidad, volaron en IFR entre las nubes, es decir, con las reglas de vuelo por instrumentos. En la práctica, una enorme y densa nube envolvía el avión, la formación era del tipo lenticular, que suele asociarse a la turbulencia, solo que esta era tan compacta y brillante que obligaba a los pilotos a usar gafas de sol.
En pocos segundos los instrumentos de a bordo se volvieron locos, las comunicaciones por radio se perdieron por completo y los esfuerzos de la tripulación para tratar de resolver las fallas y comunicarse con tierra fueron en vano.
El horizonte artificial de la aeronave, que es el instrumento con el que los pilotos ven si el avión está volando nivelado y recto, indicaba que volaba al revés y en dirección contraria al aeropuerto de Santander, pero lo que más asombró a los pilotos fue que durante 7 minutos el avión no se movió, ya que los indicadores lo ubicaban en el mismo lugar donde había cruzado la extraña nube.
Los otros instrumentos, como la brújula electrónica y la tradicional, se comportaban de una manera totalmente anormal, giraban sin parar como locos, el capitán Bermúdez en sus 11.500 horas de vuelo en su carrera nunca había experimentado, ni hubiera imaginado experimentar, una experiencia similar. Desesperado, había perdido el control del avión, no conocía la ruta y la posición, y lo que es peor, no sabía por qué estaba sucediendo todo esto.
Al final, sin embargo, tras pasar la extraña nube y de la misma manera en la que todo había comenzado, las cosas volvieron a la normalidad. De repente todos los instrumentos de a bordo empezaron a funcionar correctamente de nuevo, todo, excepto el indicador de milla náutica, que, sorprendentemente, indicaba la misma distancia recorrida cuando entraron en esa nube. Según el indicador, en esos 7 minutos, el avión no se había movido, había permanecido suspendido en el aire sin moverse un metro.
Unos minutos más tarde, el vuelo 502 aterrizó en el aeropuerto de Santander sin ninguna incidencia y, una vez en tierra, el capitán informó oficialmente tanto a la aerolínea como a las autoridades competentes del incidente.
Las sorpresas no terminaron ahí, sin embargo, al recopilar los datos de vuelo del avión y de la torre de control, las autoridades aeroportuarias quedaron atónitas al descubrir que la torre de control había perdido contacto con el avión durante 24 minutos y no 7, como registraban los relojes de vuelo.
Prácticamente todos los que iban a bordo del vuelo 502 habían perdido inexplicablemente un fragmento de tiempo, precisamente 17 minutos, durante los cuales, hasta el día de hoy, nadie ha sido capaz de explicar o demostrar dónde había estado el avión durante ese período de tiempo.
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Inquietante; misterioso.
ResponderEliminarSorprendente
ResponderEliminarNo hay duda, un ovni el cual estaba dentro de la nube, provoco esas alteraciones en los instrumentos. Los ovnis emiten campos electromagneticos.
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