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Las 20 leyes de la astucia

El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...

Alarma en el gallinero

Bob llegó a casa borracho una noche, se metió en la cama junto a su esposa dormida y cayó en un sueño profundo.

Alarma en el gallinero

De repente, despertó ante las puertas nacaradas del cielo, donde San Pedro le dijo:

—Moriste mientras dormías, Bob...

Bob se quedó atónito.

—¿Estoy muerto? ¡No, no puede ser! ¡Aún me queda mucho por vivir! ¡Envíame de vuelta!

San Pedro suspiró y respondió:

—Lo siento, pero solo hay una forma de que regreses a la Tierra, y es reencarnando... como una gallina.

Bob, devastado, rogó que al menos lo enviaran a una granja cercana a su casa.

Lo siguiente que recordó fue estar cubierto de plumas, caminando por un gallinero, cloqueando y picoteando el suelo.

En eso, un gallo se le acercó y le preguntó:

—Así que eres la nueva gallina, ¿eh? ¿Cómo va tu primer día?

—No está mal —respondió Bob—, pero siento algo muy raro dentro de mí, como si fuera a explotar.

—Ah, eso es porque estás ovulando —le explicó el gallo—. ¿No me digas que nunca has puesto un huevo?

—¡Jamás! —dijo Bob, sorprendido.

—Bueno, relájate y deja que todo fluya —le aconsejó el gallo—. No es tan difícil.

Bob obedeció, se concentró y, tras unos segundos incómodos... ¡PUM! ¡Puso un huevo!

Se sintió abrumado por la emoción, ¡era una sensación increíble! Rápidamente puso otro huevo, y la alegría lo invadió.

Cuando estaba a punto de poner el tercero, sintió un golpe en la nuca y escuchó a su esposa gritarle:

—¡Despierta, idiota! ¡Te estás cagando en la cama!

Y tú, ¿qué opinas?

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