Hitler, Mussolini, Madoff… Desgraciadamente, los grandes manipuladores siempre han existido a lo largo de la historia. Pero también ahora. Son muchos y están en todas partes: en la familia, entre nuestros amigos, en el trabajo, en los medios de comunicación o en la política. No debemos olvidar que este tipo de personas son muy peligrosas.
Las 12 estrategias para manipular a los demás |
Carecen de escrúpulos y no dudan en usar a los demás en beneficio propio. Los manipuladores son agresores encubiertos que usan su influencia sobre otros para enriquecerse, ascender, disfrutar de beneficios o para evitar un trabajo. Todos ellos tienen algo en común: son expertos del camuflaje, de la seducción y el engaño. Eso les convierte en seres muy dañinos y altamente tóxicos. Es por eso que varios estudios se han centrado en conocer mejor cómo actúan este tipo de personas y qué estrategias utilizan para embaucar a los demás. Gracias a ellos, hoy sabemos que suelen emplear un patrón de comportamiento similar. Conocerlo es sin duda, necesario:
1. En general, todos los grandes manipuladores se han hecho expertos en el arte de seducir.
Han aprendido que una forma rápida y eficaz para lograr poder sobre los demás es simular interés por sus necesidades y deseos. Así que eso es lo que hacen. Entre sus tácticas más empleadas está la alabanza sin medida y apoyo a aquellos a los que se pretende embaucar. Así ganarán su confianza y la aceptación incondicional de sus peticiones.
2. Algo que sin duda caracteriza a estas personas es su gran capacidad de oratoria.
Los expertos en embaucar desarrollan al máximo estas capacidades. Y culminan su arte al lograr que sus víctimas cedan a sus deseos convenciéndoles de las poderosas razones que justifican sus actos, y que no desean aprovecharse de ellos, aunque salgan perjudicados. En su técnica siempre se suele aludir a razones solidarias, al bien común o a la necesidad de justicia, pero suelen omitir que así son ellos los que salen beneficiados.
3. Manejan a la perfección el papel de víctima
Saben que es una herramienta muy eficaz para que los otros cedan. En el discurso del embaucador son frecuentes las alusiones destinadas a dar pena como: “No deseo hacer esto”, “lo estoy pasando muy mal al pedírtelo” o “sufro por todos los que lo pasan mal”.
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Una forma de sociopatia que en algunos casos aceptamos sin miramientos. Y cuando nos damos cuenta, es...demsasiado tarde.
ResponderEliminarLos psicopatas, son capaces de hacer cualquier cosa, justificando sus actos
Saludos Carolus
Por eso también hay que pararles en seco y sin miramientos. Y creo, tu lo sabrás mejor, que no hay tratamiento ni remedio.
EliminarSaludos, Manuel
Embaucadores sin escrúpulos que manejan el victimismo como arma y eligen chivos expiatorios y cortinas de humo para dirigir las iras del colectivo que pretenden manipular hacia el lugar elegido. Ayer, hoy y mañana. De aquí y de allá. Esta estrategia no entiende de épocas, ni de lugares, ni de colores políticos.
ResponderEliminarUn saludo.
Por eso, el perfil de político o poderoso hombre de empresa se adapata como un guante al de psicópata. No quiero decir que todos los políticos y gente poderosa sea psicópata, pero si que abundan entre ellos.
EliminarSaludos, Cayetano
También entre tant@s que quieren y no pueden, o no saben, pero hacen sufrir a su entorno sin conciencia de ello porque no la tienen.
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