Hubo un horrible crimen (uno de tantos) en el que al parecer ser un individuo mató y posteriormente quemó a sus dos hijos. Ahora, el juicio está siendo televisado, aunque hace muchos meses también se emite todo lo relacionado con este personaje.
Probablemente este fulano sea el autor del crimen, pero se nos olvida todo aquello de la presunción de inocencia, que es lo que en teoría nos separa de Irán, Cuba o Corea del Norte. Imagine que de pronto Ud. es señalado como culpable por los medios de comunicación, lo sea o no de verdad. Ya ocurrió un caso en el que gracias a esta nueva costumbre nacional, una señora se comió el marrón de unos cuantos meses en el trullo hasta que apareció el culpable. Tuvo esta señora la mala fortuna de que tenía pinta de culpable y la telebasura se encargó de recordárnoslo.
El sospechoso actúa como un culpable |
Pero, claro, todo sea por la pasta, ahí hay filón televisivo y el individuo da el perfil que se necesita para tener tirón mediático. Además, es un chollo: el presunto asesino trabaja gratis en esta obra trágica con buitres revoloteando sobre la carnaza que la chusma demandamos.
Tal es así que una cadena de televisión llegó transmitir: “hemos podido comprobar cómo (nombre del presunto) intimida a la gente”, dice el presentador del informativo: “Una testigo no ha podido aguantar la mirada”. Y emiten el corte elegido: “Sí, tiene cara de psicópata”.
Lie Zi, un sabio chino, ya nos contaba algo parecido hace 25 siglos:
“Un hombre perdió su hacha; y sospechó del hijo de su vecino. Observó la manera de caminar del muchacho –exactamente como un ladrón. Observó la expresión del joven –idéntica a la de un ladrón. Observó su forma de hablar –igual a la de un ladrón. En fin, todos sus gestos y acciones lo denunciaban culpable de hurto.
Pero más tarde, encontró su hacha en un valle. Y después, cuando volvió a ver al hijo de su vecino, todos los gestos y acciones del muchacho le parecían muy diferentes de los de un ladrón.” Ver más sobre Lie Zi
Moraleja: si le pillan con cara de haber roto un plato, cambie de cara, sonría y sea amable. Si logra embaucar a la insaciable opinión pública devoradora de basura, ya está casi salvado.
Como bien aconsejaba el cardenal Mazarino: “Simula, disimula, alaba a todos y no te fíes de nadie” Ver más sobre el cardenal Mazarino
Así es la vida, querido telespectador/consumidor.
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Y lo más grave es que el amarillismo de los medios te presentan esa noticia, que debía quedar relegada a la sección de sucesos, como una de las más importantes del día.
ResponderEliminarUn saludo.
Y así escondemos lo que de verdad importa. Una cortina de humo, por supuesto, humo amarillo.
EliminarSaludos, Cayetano
Hay que esperar hasta el final (hemos perdido paciencia). Aunque últimamente eso no es signo de justicia...Con DNI repetidos con un número tan complicado como el 14...Todo puede ocurrir.
ResponderEliminarDonde hay poca justicia, es peligroso tener razón, decía Quevedo hace unos siglos de nada
EliminarSaludos, Manuel