¿Y si la tecnología de bombas de pulso electromagnético (EMP) hiciera obsoleta la guerra nuclear?
Si bien la disuasión nuclear sigue desempeñando un papel importante, hay armas mucho más devastadoras para la estabilidad de un estado, como las bombas nucleares de pulso electromagnético o las EMP.
Las bombas nucleares EMP generan una emisión de ondas electromagnéticas cortas de muy alta amplitud (EMP) cuando son detonadas en la atmósfera superior (30 km de altitud para un amplio rango de acción). Se trata de bombas de relativamente baja potencia (de 1 a 10 KT de TNT) y, por tanto, de tamaño reducido que se pueden lanzar desde un satélite, un misil, un avión comercial o militar e incluso un globo meteorológico.
Y sin embargo, este tipo de arma es capaz de paralizar un país grande como Estados Unidos o una región como Europa. ¿Cómo es posible? La explosión en sí misma, producida a gran altura, no tiene consecuencias directas sobre las infraestructuras y los seres vivos, sino que generará una onda de rayos gamma que, en contacto con las capas atmosféricas, creará un intenso impulso electromagnético sobre un inmenso territorio.
Las consecuencias de un ataque electromagnético a gran escala serían considerables debido a que nuestra civilización depende de la tecnología y la electricidad:
- Las redes eléctricas caerían provocando un apagón a gran escala;
- Los sistemas informáticos y electrónicos que no estén blindados quedarían fuera de servicio;
- Las comunicaciones por radio no estarán disponibles durante unos minutos;
- La eventual respuesta militar podría bloquearse en gran medida, ya que las bases militares, los puestos de mando y las comunicaciones del enemigo no funcionarán.
Como resultado, toda la economía y la vida de los habitantes que sufrirían tal ataque ya no serían posibles, lo que sin duda provocaría disturbios, saqueos, hambre y potencialmente millones de muertes, sin consecuencias masivas para el país en cuestión que tuvo la iniciativa del ataque, ya que no es un ataque nuclear directo. El país atacado no tendría entonces más remedio que capitular sin haber podido luchar. De hecho, incluso los sistemas militares son parcialmente vulnerables.
Tales bombas y estrategias militares ya existen desde la primera Guerra Fría en EEUU y Rusia, pero ahora también se están desarrollando en China, Corea del Norte e Irán, según un informe estadounidense desclasificado de 2017 que pide el establecimiento de medidas de protección contra estas bombas EMP.
Muchas de las guerras del presente y del futuro se librarán sin armas. Hoy estamos sufriendo las consecuencias devastadoras de un simple virus descontrolado. Por ahí irán los "tiros", nunca mejor dicho.
ResponderEliminarUn saludo.
La guerra NBQ (nuclear, biológica y química) si descontamos la nuclear, es tan vieja como el mundo. Desde lanzar mantas contaminadas con peste a ciudades sitiadas, hasta contaminar el agua. Nada nuevo.
EliminarUn saludo.