No podemos controlar lo que los demás hacen o dicen, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos ante ello.
¿Quién está a cargo de tu vida? ¿Quién te hace sentir mal? ¿Quién te causa dolor? ¿Quién te roba la felicidad y la paz interior? ¿Tus padres? ¿Tu pareja? ¿Un amor pasado? ¿Tu suegra? ¿Tu jefe?
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Es fácil culpar a los demás por nuestros problemas y sufrimientos, pero
la verdad es que nadie tiene el poder de hacernos sentir mal a menos que se lo
permitamos. Somos nosotros mismos quienes le damos el control de nuestra vida a
los demás, y es nuestra responsabilidad recuperarlo.
¿Quién controla tu vida?
El sufrimiento no viene de lo que nos pasa, sino de cómo lo interpretamos. A menudo nos hacemos preguntas como: ¿Por qué no me llamó? ¿Por qué no me busca? ¿Por qué no me dijo lo que quería escuchar? ¿Por qué hizo lo que más me molesta? Estas preguntas nos causan dolor porque le damos demasiada importancia a las acciones y palabras de los demás, en lugar de enfocarnos en nuestra propia felicidad.
No podemos controlar lo que los demás hacen o dicen, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos ante ello. No podemos obligar a nadie a querernos o aceptarnos, pero sí podemos decidir si queremos estar con alguien que no nos valora. No podemos cambiar el pasado, pero sí podemos aprender de él y crecer como personas.
En resumen, tú eres el único responsable de tu vida y de tu felicidad. No le des el control a nadie más. Deja de culpar a los demás por tus problemas y empieza a tomar el control de tu vida. Decide cómo quieres vivir y qué quieres hacer, y no dejes que nadie te detenga. Recuerda que la felicidad está en tus manos, y que tú tienes el poder de cambiar tu vida para mejor.
"Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La última de las libertades humanas: la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino". Viktor Frankl
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