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Cuando llegue tu momento, pero gracias a la picadura de 200 hormigas, la muerte debe posponerse. De hecho, si no fuera por las 200 picaduras de hormigas rojas, ¡Joan Murray habría muerto!
Las hormigas rojas se encuentran entre los diez insectos del mundo con las picaduras más dolorosas.
El 25 de septiembre de 1999, Joan realizó un salto en paracaídas. Tenía 30 saltos en su haber y se suponía que ese día iba a ser un día feliz como los demás.
Cuando saltó desde una altura de 4.500 metros a una velocidad de 130 kilómetros por hora, su paracaídas principal no se abrió.
Continuó en caída libre hasta que su paracaídas de reserva finalmente funcionó. A pesar de estar a solo 220 metros sobre el suelo, Joan entró en pánico y perdió el control, lo que provocó que el segundo paracaídas se desinflara.
Un doloroso aterrizaje forzoso destrozó el lado derecho de su cuerpo. Para empeorar las cosas, ¡aterrizó en una colonia de hormigas rojas!
Una reacción alérgica al veneno de la hormiga roja puede causar la muerte en algunos casos. Sin embargo, el lugar de aterrizaje le salvó la vida.
Los médicos dijeron que las repetidas picaduras sacudieron los latidos del corazón de Joan y estimularon sus nervios. El ataque de las hormigas mantuvo sus órganos funcionando y su corazón latiendo lo suficiente como para mantenerla con vida durante su carrera al hospital, donde cayó en un estado comatoso.
Con púas de metal insertadas en ambas piernas y huesos destrozados, Joan estuvo inconsciente durante dos semanas. Siguió adelante a pesar del dolor, y desde entonces se ha recuperado bien y ha vuelto a su afición del paracaidismo.
Dijo que se toma su vida más en serio: "He aprendido a hacer tiempo para las cosas importantes de la vida. Digo 'te amo' y 'gracias' más que antes".
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Este hombre está hecho trizas. ¡Y quiere volver al paracaidismo! Hay gustos que merecen palos
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