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Las 20 leyes de la astucia

El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...

Hombres...

Realmente somos una especie incomprendida

Un día, un carpintero estaba cortando una rama de un árbol a la orilla de un río y su hacha se le cayó al agua.

El infeliz carpintero le rogó a Dios, y Dios se le apareció preguntándole:

- ¿Porqué estás llorando?

El carpintero le respondió que su hacha se le había caído al río.

Entonces, Dios se metió en la corriente y sacó un hacha de oro. Luego le preguntó:

- ¿Es esta tu hacha?

El noble carpintero respondió negativamente. Dios entró de nuevo al río sacando una hacha de plata.

- Y ésta, ¿es la tuya?

De nuevo el carpintero negó. Dios volvió al río y sacó una hacha de madera, y repitió la pregunta:

- ¿Es esta tu hacha?

El carpintero, lleno de alegría, le responde:

- ¡Sí!

Dios estaba tan contento con la sinceridad del carpintero que le dejo las tres hachas y mandó al carpintero a su casa.

Un día en el campo paseaban el carpintero y su esposa. Ésta tropezó y cayó al río.

El infeliz carpintero rogó a Dios, que se le apareció y le preguntó:

- ¿Porqué estas llorando?

El carpintero le contó el accidente, luego de lo cual Dios se metió al río y sacó a Jennifer López y pregunta

- ¿Es esta tu esposa?

- ¡Sí, sí! --contestó el carpintero.

Dios se enfureció:

- ¡¡¡Eres un mentiroso!!!, ¡¡¡un rufián!!!

El carpintero contestó:

- Dios, perdóname. Ha sido un malentendido, porque si te hubiera dicho que no es Jennifer López, después hubieras sacado a Catherine Zeta-Jones; luego, si digo que tampoco es ella, sacarías a mi esposa y yo tendría que decir que sí es ella, y entonces tú me dejarías con las tres. Dios, compréndeme, soy un humilde carpintero y no podría mantenerlas a las tres. Sólo por eso dije sí la primera vez.

Moraleja: los hombres sólo mentimos por causas honorables y siempre con las mejores intenciones.

ES UNA VERDAD COMO UN TEMPLO, SOMOS UNA ESPECIE INCOMPRENDIDA.

Y tú, ¿qué opinas?

Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!

Comentarios

  1. Somos tan incomprendidos como las mujeres.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo7/1/25, 1:40

    El hombre se queja de.lo que no tiene y la mujer de lo que tiene.

    ResponderEliminar

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