Realmente somos una especie incomprendida Un día, un carpintero estaba cortando una rama de un árbol a la orilla de un río y su hacha se le cayó al agua. El infeliz carpintero le rogó a Dios, y Dios se le apareció preguntándole: - ¿Porqué estás llorando? El carpintero le respondió que su hacha se le había caído al río. Entonces, Dios se metió en la corriente y sacó un hacha de oro. Luego le preguntó: - ¿Es esta tu hacha? El noble carpintero respondió negativamente. Dios entró de nuevo al río sacando una hacha de plata. - Y ésta, ¿es la tuya? De nuevo el carpintero negó. Dios volvió al río y sacó una hacha de madera, y repitió la pregunta: - ¿Es esta tu hacha? El carpintero, lleno de alegría, le responde: - ¡Sí! Dios estaba tan contento con la sinceridad del carpintero que le dejo las tres hachas y mandó al carpintero a su casa. Un día en el campo paseaban el carpintero y su esposa. Ésta tropezó y cayó al río. El infeliz carpintero rogó a Dios, que se le apareció y le preguntó: - ¿Porqu