La gran mentira de la transición energética es que las energías renovables pueden (o podrán) tomar el relevo de las energías fósiles y la nuclear
Los medios de comunicación deberían denunciar estas manipulaciones que pretenden distorsionar la valoración de los decisores políticos sobre la verdadera transición energética que se basará en la energía nuclear en el mundo.
La mentira planetaria de la transición energética |
La gran mentira de la transición energética es afirmar que las energías renovables, en particular la eólica y la fotovoltaica, pueden (o podrán) tomar el relevo de las energías fósiles y la nuclear. La monstruosa mascarada comienza a llegar a un doloroso final.
- España equivocó el desarrollo de la energía eólica y fotovoltaica antes de detener los subsidios a las energías renovables que amenazaban con arruinar su sistema eléctrico.
- Gran Bretaña también ha eliminado los subsidios a la energía eólica y fotovoltaica para volver a recurrir masivamente a la energía nuclear (cinco reactores) con el consentimiento popular.
- Italia, cuya electricidad cuesta el doble que en Francia, importa masivamente electricidad de los países vecinos, y especialmente electricidad “nuclear” de Francia.
- China, mientras planta masivamente turbinas eólicas para obtener... subsidios europeos, es el mayor inversor mundial en energía nuclear con... 20 reactores en construcción. Este país no habla de energías renovables sino de energías limpias.
- Estados Unidos, pionero en el desarrollo de la energía eólica, ha abandonado esta fuente de producción y 14.000 aerogeneradores se oxidan en “parques eólicos”. Por otro lado, este país, al igual que China, invierte masivamente en energías limpias… que incluye la energía nuclear.
En Alemania, el “milagro” de la energía verde se está convirtiendo en un desastre: el precio de la electricidad, que aumenta rápidamente, ya es el doble que en Francia. No son las turbinas eólicas las que reemplazan la generación de energía nuclear, sino el carbón. Sigmar Gabriel, Vicecanciller y Ministro de Energía de Alemania, declaró: “No podemos eliminar la energía nuclear y el carbón al mismo tiempo”. Como resultado, los alemanes se están alejando de la energía nuclear y se están yendo al carbón. Esta frase fue una respuesta al jefe de la empresa noruega Statoil, Helge Lund, quien había dicho: "Para nosotros, es difícil imaginar cómo ustedes [los alemanes] van a cumplir con sus compromisos de reducción de emisiones de CO2". La respuesta de Sigmar Gabriel es clara: los alemanes no cumplirán estos compromisos.
Francia es el único país del mundo que inició la transición energética real hace cuarenta años con el inicio de un importante programa de energía nuclear. Francia asegura el 90% de su producción eléctrica nacional sin combustibles fósiles y sin emisiones de gases de efecto invernadero gracias principalmente a la energía nuclear (75%) y la hidráulica (10%).
La mayoría de los medios y políticos (de todos los partidos) ignoran a conciencia esta realidad. Los países sin energía nuclear, y con un nivel de vida comparable al de Francia, tienen comparativamente muchas más centrales eléctricas de gas o carbón.
La destrucción de la red nuclear.
En la indiferencia casi general, el parque electronuclear francés, una de las últimas joyas industriales entre las más brillantes del mundo, está amenazado de reducción, incluso de destrucción (Fessenheim) por la ley de la transición energética. Esta inconsciencia se ve favorecida por la idea de que las energías renovables que se supone que compensan la diferencia en la producción de electricidad.
El verdadero objetivo de la transición energética no es el calentamiento global, que a la mayoría de los países no les importa, ni siquiera la reducción de nuestra dependencia del gas y del petróleo. No, el objetivo real, en particular de los partidos ambientalistas infiltrados en la maquinaria de toma de decisiones, es la liquidación de la energía nuclear. Una de las medidas puestas en marcha es promover el desarrollo de las energías renovables, especialmente la eólica y la fotovoltaica, con el respaldo de subvenciones que, de paso, fomentarán el consumo de gas.
La mentira planetaria de la transición energética |
Mentiras catastróficas
Sin perder de vista, por supuesto, que hay que seguir asustando a la gente con mentiras catastróficas, uno de los ángulos de ataque contra la energía nuclear sostiene que se subestimaría el coste de la energía nuclear, intentando encarecerla tanto como posible por demandas extravagantes.
Así, para enmascarar el abismo financiero de las energías renovables, los ecologistas utilizan a pesos pesados mediáticos afirmando “que nos mintieron sobre el coste de la energía nuclear.” La prensa se alimenta de periódicos antinucleares, la mayoría de las veces con eslóganes crudamente indigentes. Sin embargo, las difunde sofocando las respuestas indignadas y argumentadas con los "cientos de miles de muertes" post-Fukushima. Nuestros medios están llenos de declaraciones radicales y definitivas de ambientalistas a quienes les importa poco la precisión y la claridad de la información.
Propaganda para la transición energética
Algunos científicos de renombre también se aventuran en afirmaciones indignas de su talento. Se exhiben complacientemente (siempre iguales) por si acaso. Esta "preparación de artillería" mediática pretende presionar a los votantes, y por tanto a los decisores políticos, sobre el tema de la "aceptabilidad". Algunos magnates también quieren ganar dinero fácil con las energías renovables, incluso cortando la rama en la que están sentados.
El público, estúpido por naturaleza cuando se trata de transición energética, está impresionado por las cifras utilizadas hábilmente y con total mala fe por los grupos antinucleares.
Los medios de comunicación deberían denunciar estas manipulaciones que pretenden distorsionar la valoración de los decisores políticos sobre la verdadera transición energética que se basará en la energía nuclear en el mundo. Pero no lo hacen, o lo hacen mal, porque hay una colusión de intereses: "el miedo vende muy bien".
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