Me senté en la barra mirando mi vaso, cuando un motociclista enorme y de aspecto amenazante se acercó a mí, agarró mi bebida y se la bebió de un solo golpe.
—Bueno, ¿qué vas a hacer ahora? —preguntó amenazante mientras yo rompía a llorar.
"Este es el peor día de mi vida", le dije.
Soy un completo perdedor. Llegué tarde a una reunión y el jefe me despidió. Cuando llegué al estacionamiento, vi que me habían robado el auto y ni siquiera estaba asegurado. Dejé mi billetera en el taxi que tomé a casa. Pillé a mi marido con otra persona, una mujer. Y entonces mi perro me mordió.
Y así llegué a este bar para finalmente reunir el coraje para terminar con todo. Compré una bebida. Luego le eché una pastilla. Y me senté allí y observé cómo se disolvía el veneno.
¡Y de repente apareciste y te lo bebiste todo!
Bueno, ¿qué se supone que debo decir de mí mismo?
Y tú, ¿qué opinas?
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