El fallecimiento de Iósif Stalin, ocurrido el 5 de marzo de 1953, marcó el fin de una era en la historia de la Unión Soviética.
Stalin, quien había gobernado el país con mano de hierro durante casi tres décadas, murió a los 74 años en su dacha de Kuntsevo, en las afueras de Moscú, tras sufrir un derrame cerebral.
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Los últimos momentos de Stalin estuvieron rodeados de circunstancias que reflejaban la atmósfera de terror y paranoia que él mismo había creado durante su régimen. Cuando fue encontrado inconsciente por sus guardias de seguridad, estos dudaron en llamar a un médico inmediatamente, temiendo las posibles represalias si Stalin se recuperaba y descubría que habían actuado sin su autorización explícita.
Irónicamente, el médico personal de Stalin no pudo atenderlo en sus últimas horas porque se encontraba encarcelado y sometido a torturas. Su crimen había sido sugerir que el líder soviético necesitaba descansar, una muestra de la extrema suspicacia que caracterizaba el régimen estalinista.
La muerte de Stalin desencadenó una serie de eventos que revelaron la complejidad del sistema político que había construido. Su cuerpo fue expuesto en el Salón de las Columnas de la Casa de los Sindicatos en Moscú, donde cientos de miles de ciudadanos soviéticos acudieron a presentar sus respetos.
El funeral de Estado, celebrado el 9 de marzo, se convirtió en un evento masivo que, trágicamente, resultó en la muerte de numerosas personas. La multitud que se congregó para ver pasar el cortejo fúnebre era tan densa que se produjo una estampida, causando la muerte de al menos 109 personas, aunque algunas estimaciones sitúan la cifra mucho más alta.
Este trágico episodio final es una metáfora del régimen de Stalin: incluso en la muerte, su legado continuó cobrando vidas. La ironía de que muchos murieran intentando rendir homenaje a un líder responsable de millones de muertes no pasó desapercibida para los historiadores.
El cuerpo de Stalin fue inicialmente colocado junto al de Lenin en el mausoleo de la Plaza Roja, pero fue retirado en 1961 durante el proceso de desestalinización iniciado por Nikita Jrushchov. Actualmente, sus restos descansan en la necrópolis del muro del Kremlin.
La muerte de Stalin marcó el fin de una era de terror y el inicio de un período de cambios en la Unión Soviética. Sin embargo, su legado de autoritarismo y culto a la personalidad continuaría influyendo en la política soviética y rusa durante décadas.
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¿Cómo es posible que habiendo un dios permite que estas basuras continúen viviendo hasta tan avanzada edad?
ResponderEliminar¿Por qué se responsabiliza a Dios de todo lo que hacen los humanos?
EliminarPuede asegurar que hay un Dios?
EliminarSi lo hay, y es todopoderoso, no queda mas que pensar que disfruta viendo (es omnipresente tbien) el sufrimiento de cuanta criatura viva exista (extincion de especies tbien)
dios no es culpable de las atrocidades del hombre y su poder de someter a sus semejantes de diferentes formas
ResponderEliminarde hecho nuestro templo es nuestro cuerpo y el nos cobra factura por la vida que le damos
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