El fallecimiento de Iósif Stalin, ocurrido el 5 de marzo de 1953, marcó el fin de una era en la historia de la Unión Soviética. Stalin, quien había gobernado el país con mano de hierro durante casi tres décadas, murió a los 74 años en su dacha de Kuntsevo, en las afueras de Moscú, tras sufrir un derrame cerebral. Ver Stalin mató de hambre a 7 millones de ucranianos Los últimos momentos de Stalin estuvieron rodeados de circunstancias que reflejaban la atmósfera de terror y paranoia que él mismo había creado durante su régimen. Cuando fue encontrado inconsciente por sus guardias de seguridad, estos dudaron en llamar a un médico inmediatamente, temiendo las posibles represalias si Stalin se recuperaba y descubría que habían actuado sin su autorización explícita. Irónicamente, el médico personal de Stalin no pudo atenderlo en sus últimas horas porque se encontraba encarcelado y sometido a torturas. Su crimen había sido sugerir que el líder soviético necesitaba descansar, una muestra de l