En los siglos XVII y XVIII, Inglaterra implementó un impuesto conocido como el Impuesto de la Ventana. La idea detrás de este gravamen era que cuantas más ventanas tuviera una casa, más rica era la familia que la habitaba, y por lo tanto, debía pagar más impuestos. Ver El impuesto sobre los senos o mulakaram Sin embargo, la gente de aquella época no estaba muy dispuesta a desembolsar el dinero que tanto les había costado ganar. Entonces, ¿qué hicieron? Empezaron a tapiar las ventanas. ¿Te imaginas vivir en una casa con apenas luz natural? Oscuro, húmedo y francamente deprimente. No fueron solo los pobres los que sufrieron; incluso los señores y damas elegantes tuvieron que sacrificar algunas ventanas para ahorrar unos pocos chelines. Algunos edificios terminaron pareciendo como si hubieran estado en una pelea, con ladrillos que no coincidían y agujeros tapiados donde solían estar las ventanas. Los recaudadores de impuestos tampoco estaban muy contentos con esto. Tenían que ir contand