Los narcisistas, caracterizados por un ego desmesurado, una sed insaciable de atención y una alarmante falta de empatía, a menudo ejercen un control insidioso sobre quienes los rodean. Sin embargo, no es necesario recurrir a la confrontación violenta o directa para liberarse de su influencia. La clave para "poner de rodillas" a un narcisista, en el sentido de neutralizar su poder, reside en estrategias que socavan su control emocional y psicológico. Ver El poder de tu mente Una de las tácticas más efectivas es la indiferencia total. Los narcisistas se alimentan de la atención, tanto positiva como negativa, por lo que la falta de reacción ante sus provocaciones resulta devastadora. Evitar buscar su aprobación, cortar la comunicación si es posible y, en general, no mostrar interés en sus acciones, les priva del combustible emocional que necesitan para mantener su dominio. Establecer límites claros es crucial para protegerse de la manipulación narcisista. Al negarse a ceder ant...