Los narcisistas fingen, manipulan y humillan. ¿Por qué no los vemos venir? Y, lo que es peor, ¿por qué nos atraen tanto?
Suele decirse que el narcisista es como un vampiro capaz de devorar todo lo bueno del otro. Fingen, manipulan, humillan... ¿Por qué no los vemos venir? Y, lo que es peor, ¿por qué nos atraen tanto? Lo analizamos.
¿Por qué nos atraen los narcisistas? |
¿Por qué nos atraen los narcisistas?
Los narcisistas son pervertidos, vampiros de la autoestima, ladrones de identidad, maltratadores natos… Sin embargo, caemos en sus redes y, a veces, repetidamente. Porque, como dice el dicho popular, es común tropezar varias veces con la misma piedra, con el mismo tipo de persona dañina.
Nos gustaría tener un detector de largo alcance para poder evitarlos lo antes posible. Es más, sería genial que cada uno de nosotros tuviéramos un código QR en la piel que nos facilitaría decidir si la otra persona es de confianza o no. Sin embargo, las relaciones humanas no funcionan así y nunca es fácil saber si esa persona que nos atrae ahora nos va a hacer daño en el futuro.
Paul-Claude Racamier, un conocido psicoanalista francés, pasó toda su vida analizando la figura de lo que llamó el pervertido narcisista. Según él, una cosa que busca este elemento tan común en nuestra sociedad es destruir la imagen del otro (ya sea pareja, colega o amigo) para reforzar la propia.
¿Por qué nos cuesta tanto verlos venir? ¿Y por qué es tan fácil sentirse atraído por ellos?
Si bien es cierto que el trastorno de personalidad narcisista no es común, la personalidad narcisista sí lo es. En otras palabras, nos enfrentamos a una realidad psicológica que forma parte de un espectro. Hay quienes presentan un perfil más patológico (y peligroso) mientras que otros muestran un comportamiento más sutil. A la larga, son igual de dañinos.
Si nos preguntamos por qué son así o por qué parece que han colonizado casi todos los medios sociales en los últimos años, la respuesta no es sencilla. Algunos señalan que son el subproducto de nuestra actual modernidad. Son demasiado egoístas, demasiado centrados en la complacencia en este deseo de ser el centro de atención. Sin embargo, una de las explicaciones más consensuadas hace hincapié en la educación.
Un estudio realizado en la Universidad de Princeton, por ejemplo, nos habla de estos padres que educan sin límites, estableciendo los pilares de una dañina autoestima que solo se alimenta de la admiración de los demás. Educar una autoestima sin empatía -ignorando o siendo indiferente a las necesidades del otro- hace germine el narcisismo perverso, a ese chico o esa chica que venera sólo a su propia persona.
Entendemos la teoría, tal vez entendamos la razón del surgimiento de esta personalidad. Sin embargo, si nos enfocamos en nosotros mismos, nos seguimos haciendo la misma pregunta… ¿por qué los narcisistas son tan atractivos? Analicemos las claves.
Aunque no lo sepas, estás predispuesto a que te atraiga un narcisista
Hay ciertos perfiles de personalidad que siempre se sentirán más atraídos por los narcisistas. Por ejemplo, los hombres y mujeres complacientes son la pareja perfecta para un narcisista. Incluso si este vínculo está condenado al sufrimiento absoluto. La persona complaciente se siente bien cuando hace feliz al otro: se siente útil al darle al otro lo que necesita.
Pero cuidado: el narcisismo lo quiere todo y se lo queda todo. Al final, el complaciente se encuentra agotado, humillado y desamparado. Así mismo, personas muy empáticas también pueden verse atraídas por este nefasto perfil. Son hábiles para comprender las emociones de otras personas y si hay algo que un narcisista suele esconder es la frustración y el dolor.
Más allá de lo que podamos pensar, estas personas son infelices y tienden a ser depresivas y destructivas. El empático percibe este mundo interior y también aspira a ser el salvador del otro pero, por desgracia, es el que más acaba sufriendo.
Los narcisistas son buenos para ser deseables y saben cómo cautivarte
Si nos preguntamos por qué nos enamoramos de los narcisistas, la respuesta está en su sutil habilidad psicológica. Saben qué decir en todo momento, saben qué tecla pulsar para llegar a ti, para llamar tu atención. Además, son amables, seguros de sí mismos, resolutivos e incluso brillantes. Rara vez pasan desapercibidos y son capaces de mostrar virtudes que en realidad no tienen.
Puedes pensar que son agradables, mientras que su amabilidad es puramente instrumental. Te harán pensar que eres su centro del mundo, cuando en realidad solo quieren que seas ese satélite que gira a su alrededor.
Predisposición
A veces ocurre. Terminamos una relación con un narcisista, y después de un tiempo, sin saber muy bien cómo, tropezamos con la misma piedra. Aunque esto pueda parecer una sorpresa, no es algo aislado. Es bastante común encadenar relaciones dañinas con varias personas con rasgos claramente narcisistas. ¿Por qué pasa esto?
Una de las teorías que lo explican es la predisposición. Algunas personas se sienten atraídas por ciertos rasgos de personalidad (seguridad, encanto, liderazgo, etc.). En cierto modo, cuando encuentran a una persona con este perfil, piensan que “esta vez puede salir bien, vale la pena intentarlo de nuevo”.
Saben ser tu espejo
Al principio, saben cómo ser tu espejo. Practican el hábil arte de la mímica: si tú sufres, ellos sufren. Si tienes una pasión, ellos también la tienen. Si te preocupas por algo, ellos se preocuparán mucho más y te harán pensar que tienes razón.
Durante esta primera fase de citas, son camaleones exquisitos, espíritus listos para engañarte haciéndote creer que son tu alma gemela. Sin embargo, poco a poco, este espejo se oscurecerá para revelar su verdadero rostro. En ese momento, comenzarán a denigrar todo lo que dices, lo que sientes, lo que aprecias...
Para concluir, solo hay una cosa importante a tener en cuenta. No debemos culparnos por haber caído en las redes de un narcisista. Sucede todos los días y seguirá sucediendo. Lo último que necesitamos es albergar sentimientos de culpa para dañar aún más nuestra propia imagen.
Evitemos eso: no vale la pena. Lo más determinante después de haber superado una experiencia de este calibre es fortalecer la autoestima.
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