El rodaje de una superproducción sobre las Cruzadas en el castillo de Loarre (Huesca) devuelve a la actualidad la gesta religiosa que movilizó a la sociedad europea de la Edad Media.
Órdenes militatres de Alcántara, Calatrava, Santiago y Montesa |
En estas épicas expediciones encabezadas por los señores feudales francos abundaron también guerreros venidos de los reinos cristianos de la Península Ibérica.
De forma oficial, nunca participaron en las Cruzadas los habitantes de los reinos cristianos peninsulares. Las razones que justifican esta ausencia son diversas, aunque todas ellas guardan una estrecha relación con la situación política ibérica entre los siglos XI y XIII, etapa en que tuvieron lugar las ocho cruzadas principales.
España se hallaba dividida en numerosos reinos cristianos y musulmanes que protagonizaban un continuo enfrentamiento por el control del territorio. En este contexto, la prioridad de los reyes cristianos de la península era la defensa y consolidación de sus propias fronteras frente al fuerte avance musulmán. Esa era la auténtica cruzada para los españoles de la época.
Claro que los habitantes de la península no olvidaron la batalla que la cristiandad libraba en Palestina. Fueron incontables los legados de privilegios, tierras y bienes que los cristianos de Hispania concedieron a las órdenes militares -templarios y hospitalarios- para sostener el combate en los Santos Lugares. Incluso hubo...
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Un asunto económico disfrazado de causa religiosa.
ResponderEliminarUn saludo.
Las órdenes religiosas fueron las primeras multinacionales economicas, no sólo los Templarios, sino los Hospitalarios y las órdenes españolas.
EliminarSaludos
Interesante momento histórico del que he estado documentándome en estos día, así que me ha venido de perla la entrada Carolus.
ResponderEliminarEl dinero, siempre detrás de muchas empresas (o de casi todas)+
Saludos
Poderoso caballero es don Dinero, Manuel.
EliminarSaludos