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Las 20 leyes de la astucia

El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...

Persuasión, que siempre te concedan lo que pidas


¿Crees que mereces un aumento de sueldo? ¿Necesitas que tus padres te dejen su coche? ¿Planeas pedirle un favor a tu pareja? 


Persuasión, que siempre te concedan lo que pidas
Persuasión, que siempre te concedan lo que pidas
No siempre es sencillo conseguir lo que deseas, sobre todo si otras personas deben dar su brazo a torcer. Pero hasta la petición más estrafalaria puede ser concedida si sabemos cómo plantearla. Todos tenemos amigos que siempre consiguen lo que quieren, y no es una cuestión de suerte, todo gira en torno al modo en que piden las cosas.

Desde que nacemos, gran parte de la relación con nuestros congéneres tiene como objetivo satisfacer nuestras necesidades. Al bebé le basta con llorar, al niño con chantajear y al adolescente con insistir, pero los adultos necesitan otras estrategias. 

Haz peticiones razonables 


Hay que tener claro que las relaciones personales no funcionan con las mismas dinámicas que las relaciones comerciales. Cuando pedimos un favor a nuestra familia o nuestro jefe no podemos andar regateándoles. Si, por ejemplo, necesitamos que la empresa nos dé dos días para hacer la mudanza, no podemos pedir una semana para ver si cuela. Quizás una petición de este tipo pueda concederse una vez, pero al final todos sabrán a lo que estás jugando y no conseguirás que nadie te haga un favor. En definitiva, si te dan la mano, no cojas el brazo

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Comentarios

  1. Hola Carolus:

    No es infrecuente pedir sin necesitar...Solo pedir por pedir. Quizás es lo que pone más alerta a quien pueda ayudar...Por aquello de ser "engañado".

    Peticiones concretas...Es lo ideal, pero.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me imagino que lo que cuentas es por experiencia propia, cuando se está enfermo, se pide mucho, a veces mas que un niño pequeño...

      Saludos, Manuel

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  2. Contra el vicio de pedir está la virtud de no dar.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y para no dar, hay que saber hacerlo con estilo, de forma que el peticionario se quede razonablemente bien.

      Saludos

      Eliminar

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