El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo.
Su cortadora eléctrica se estropeó y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar.
Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invito a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas; abrazo a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.
Posteriormente me acompaño hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunte acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes. ‘Oh, ese es mi árbol de problemas’, contesto. Se que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura, los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez.
El árbol de los problemas |
Lo divertido es, dijo sonriendo, que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.
Una buena filosofía ante la vida. Se sufre menos y se solucionan los problemas en la misma medida.
ResponderEliminarUn saludo.
Asi se solucionan muchas cosas, no hay que apresurarse.
EliminarUn saludo
Yo también tengo un árbol similar. Los probelmas del trabajo son de ahí...Del trabajo.
ResponderEliminarAndo disperso...Mucho trabajo.
Saludos
Intento hacer lo mismo, lo que que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas... aplicado al trabajo.
EliminarEspero que pronto tengas menos trabajo, que lo poco gusta y lo mucho cansa, ánimo y saludos.
Que interesante, si todos pudiéramos poner en practica, las cosas serian diferentes con uno mismo
ResponderEliminarAprendamos de Los ejemplos muchas gracias
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