Cuanto más compleja y políticamente relevante es una noticia, menos estamos realmente informados, independientemente de su nivel de cobertura mediática.
Vimos en el anterior artículo Medios de comunicación y noticias podridas que la velocidad de procesamiento de las noticias era relativamente constante. Relativamente, porque sucede que se acelera aún más, especialmente en el caso de eventos excepcionalmente espectaculares. Si bien la velocidad habitual no permite prácticamente ningún retroceso, ningún análisis serio, resulta que en el caso de hechos excepcionales, la misma noción de retroceso, de reservas, desaparece, para dar paso a un desenfreno de “conocimiento”.
Sin embargo, en el caso de la noticia del tren averiado citado en el anterior artículo, el interés político es bajo, por no decir inexistente. Después de todo, estas cosas suceden. En el caso de Siria, para usar el ejemplo del artículo anterior, el interés político es extremadamente alto.
Interés político y manipulación
Si el interés político de un evento es bajo, la voluntad de manipularlo será baja. Por el contrario, cuanto más interés político presenta un evento, más manipulación por parte de las partes interesadas se intentará - y más se debe exigir cautela y reserva a los principales medios de comunicación. Sin embargo, está sucediendo lo contrario.
Así, la probabilidad de que un evento sea manipulado es directamente proporcional a la importancia de los temas políticos que lo rodean, mientras que, al mismo tiempo, la cautela de los medios es inversamente proporcional a los temas políticos. Su prudencia es, por tanto, paradójicamente, inversamente proporcional a la probabilidad de manipulación. Conclusión: cuanto mayor es el riesgo de manipulación, los medios menos juegan su papel. Cuanto menos desempeñen los medios de comunicación su papel, más se facilitará la manipulación y, en consecuencia, se verá mermada, aumentando así exponencialmente su probabilidad hasta que se vuelva “casi segura”.
Cabe señalar de paso que la actitud estándar de un “consumidor de información” es considerar que cuanto más cubierto está un evento por los medios, menores son los riesgos de manipulación y mejor informados estamos. Un error clásico con trágicas consecuencias, aunque solo sea porque la multiplicidad de medios no tiene relación con la multiplicidad de fuentes y opiniones.
En resumen:
- El nivel de cobertura mediática de un evento no garantiza la confiabilidad de la información.
- La información errónea (la parte “no intencional”) es proporcional a la complejidad de un evento multiplicado por su velocidad de procesamiento. Cuanto más complejo sea un evento y más rápido se procese, más desinformados estaremos.
- La manipulación (la parte “voluntaria”) es proporcional a los intereses políticos multiplicados por la falta de reserva de los medios. Cuanto mayor sea el interés político de un evento, menos harán su trabajo los medios de comunicación y más mal informados estaremos.
- Cuando un evento tiene tanta complejidad como desafío, la probabilidad de que estamos mal informados y manipulados es casi seguro. Nuestras posibilidades de conocer la verdad se invierten y se vuelven casi nulas.
En una frase: cuanto más complejo y políticamente relevante es una noticia, menos estamos realmente informados, independientemente de su nivel de cobertura mediática.
Cada medio tiende a contentar a su clientela: cuanto más contentos queden lectores y oyentes por una noticia hecha a su medida, más cantidad de información, material o no, consumirán de ese medio. Es decir que, en líneas generales, se podría afirmar que los medios nos cuentan lo que queremos oír. En consecuencia: estaremos mal informados, porque es raro que la mayoría de la gente contraste opiniones o informaciones con otros medios menos afines ideológicamente hablando.
ResponderEliminarSaludos.
Pienso como tú, solo añadir que gracias a Internet, esta tendencia se está exagerando cada vez más, la retroalimentación de grupos y de personas, es cada vez mayor. Eso sólo lleva a la radicalización y no al diálogo.
EliminarSaludos.
Sin olvidar q desde q los periodistas en los años 70 publicaron un caso q termina con la renuncia del presidente Nixon, de ahī y hasta hoy día, el periodista busca q con sus noticias, complacer clientela y ganar popularidad volando cabezas a personajes influyentes.
EliminarQ interesante dilema!?
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