Más cruel que Hitler

Tengo a alguien que vivió en tiempos antiguos, y se puede decir que era más despiadado que el propio Hitler.

Gengis Khan, conocido como uno de los conquistadores más despiadados de la historia, dejó una marca indeleble en la humanidad con su brutalidad y su sed de poder. Gobernando en tiempos antiguos, su legado de crueldad y destrucción supera incluso al de figuras tan infames como Hitler.

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Uno de los hechos más impactantes sobre Gengis Khan es su legado genético. Se estima que aproximadamente el 2% de la población mundial podría ser descendiente directo suyo, debido a las incontables violaciones que perpetró a lo largo de sus campañas. Este dato refleja no solo su poderío militar, sino también la devastación personal que infligió en su tiempo.

La crueldad de Gengis Khan no se limitó a sus conquistas. En uno de los actos más sádicos registrados, vertió oro fundido en los ojos del emperador de Otrar, Inalchuq, como castigo por la resistencia de su ciudad. No contento con la muerte de su líder, esclavizó a todo su pueblo, sometiéndolos a una vida de sufrimiento y opresión.

Sus invasiones, que se extendieron a lo largo de los siglos XII y XIII, causaron la muerte de cerca de 40 millones de personas. Ciudades enteras fueron masacradas sin piedad; su ejército, conocido por su eficiencia y ferocidad, regresaba una y otra vez a los lugares conquistados para asegurarse de que no quedaran sobrevivientes. Aquellos que encontraban ocultos eran torturados y asesinados sin misericordia. Este patrón de terror se repitió en numerosas ciudades de China y Europa del Este, dejando tras de sí un rastro de destrucción que moldeó la historia de estas regiones.

Gengis Khan también llevó a cabo una campaña de exterminio contra los musulmanes, aniquilando a muchos en su afán por expandir su imperio. Su odio y su determinación por eliminar a sus enemigos no conocían límites.

Si Gengis Khan hubiera tenido acceso a tecnología más avanzada, como las armas modernas, es plausible imaginar que su capacidad de destrucción habría sido aún mayor. Con un armamento contemporáneo y su vasto ejército, podría haber matado a decenas de millones de personas directamente, causando un caos y una devastación sin precedentes en la historia de la humanidad.

La combinación de su despiadada estrategia militar, su crueldad personal y su ambición desmedida hacen de Gengis Khan una de las figuras más temidas y despiadadas que el mundo haya conocido. Su legado de terror y destrucción sigue siendo un recordatorio sombrío de los horrores que pueden surgir de la ambición humana descontrolada.