Lo más sorprendente es la experiencia de visitar un baño comunitario en Japón.
Por razones económicas e históricas, durante muchos años, las personas con escasos recursos no podían permitirse baños privados en sus casas y tenían que recurrir a los baños comunitarios. Este aspecto sigue siendo uno de los más increíbles de la cultura japonesa.
Al llegar, se paga la entrada y se recibe la llave de un casillero, así como una toalla pequeña y jabón. Se entra a un vestuario donde se desvisten, guardan la ropa en la taquilla y se colocan la llave en la muñeca. Luego, desnudos, pasan a la habitación contigua. Aunque pueden usar la toalla pequeña para cubrir sus genitales, esta es demasiado pequeña para envolver todo el cuerpo.
En esta habitación, hay filas de grifos, duchas de mano y taburetes bajos. Pueden ponerse en cuclillas o sentarse en uno de estos taburetes. Primero, deben enjuagar el taburete con una ducha de mano antes de usarlo. Luego, se enjabonarán y volverán a enjuagarse. Todo esto ocurre mientras muchas otras personas están alrededor, realizando el mismo proceso. Muchos van con amigos o simplemente charlan con la persona de al lado.
Algunos baños tienen piscinas de agua fría y caliente donde pueden remojarse una vez que se han lavado. Después de disfrutar de las piscinas, se vuelven a enjuagar antes de regresar al vestuario para vestirse.
Por supuesto, los hombres tienen estructuras separadas para su uso. Esta tradición de los baños comunitarios no solo refleja la importancia de la higiene en la cultura japonesa, sino también un sentido de comunidad y convivencia que es muy apreciado en la sociedad japonesa.
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me parece muy bien siempre que haya respeto mutuo
ResponderEliminarGenial!!!!.
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