En caso de fallo del motor, la posibilidad de que un avión de combate aterrice planeando depende de varios factores, incluyendo su tasa de planeo, velocidad de pérdida y la disponibilidad de una superficie adecuada para aterrizar.
Cada aeronave tiene una relación de planeo (sustentación/resistencia) que determina cuánta distancia puede recorrer por cada unidad de altitud perdida. Por ejemplo, durante la fase de aterrizaje, el transbordador espacial estadounidense tenía una relación de planeo de aproximadamente 3:1, lo que significa que podía recorrer 3 km por cada kilómetro de altitud perdida.
La velocidad de pérdida también es crucial. Por ejemplo, un Sukhoi Flanker entra en pérdida a 240 km/h, mientras que un Rafale lo hace a 120 km/h. Una menor velocidad de pérdida generalmente permite más opciones para un aterrizaje de emergencia.
Algunos cazas modernos, como el Rafale, Mirage 2000, F/A-18 Hornet, MiG-29 y otros, han demostrado la capacidad de aterrizar en carreteras en caso de emergencia. El A-10 Thunderbolt II incluso podría utilizar pistas de tierra o hierba debido a su diseño robusto.
Sin embargo, es importante destacar que los aviones de combate no son planeadores. Los planeadores modernos pueden tener relaciones de planeo de 50:1 o incluso 80:1, mientras que los cazas tienen tasas de planeo mucho menos favorables.
Aunque existen casos documentados de aviones de combate que han aterrizado con éxito tras un fallo de motor, estos son excepcionales. La mayoría de las veces, en caso de fallo total del motor, la eyección es la opción más segura para el piloto.
Un caso famoso es el del "Bombardero del campo de maíz" en 1970, donde un avión aterrizó por sí solo después de que el piloto se eyectara, debido a cambios en el centro de gravedad y la aerodinámica tras la eyección. Todo esto hizo que la aeronave se recuperara y aterrizara boca abajo con daños realmente menores hasta el punto de que tras pequeñas reparaciones, ¡la aeronave se volvió a poner en servicio!
Es importante recordar que la seguridad del piloto es primordial. Aunque puede ser tentador intentar salvar la aeronave, los pilotos están entrenados para eyectarse si no pueden aterrizar de manera segura. Las estadísticas muestran que los aterrizajes exitosos sin motor en aviones de combate son raros, y no se debe confiar en esta posibilidad como una opción viable en la mayoría de las situaciones de emergencia.
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