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Cuando mi papá todavía viajaba mucho por trabajo, una vez abordó un avión para un vuelo doméstico de los Estados Unidos.
Pero por alguna razón desconocida el despegue se retrasaba constantemente hasta que, después de 5 horas de espera, el capitán anunció que uno de los motores se había averiado.
Ver Un vuelo que nunca olvidará
Así que cada pasajero tenía que volver a bajar del avión, recibía un vale para alojarse en un hotel del aeropuerto y estaba previsto que saliera a la mañana siguiente hacia el mismo destino.
Al día siguiente, cuando los pasajeros volvieron a sentarse, el capitán anunció antes del despegue que se trataba de un avión diferente al del día anterior, porque el problema del motor había resultado demasiado difícil de arreglar a tiempo. Agregó que "fue bueno comenzar un nuevo día con una sonrisa, en un avión más nuevo".
Los pasajeros reaccionaron con un suspiro de alivio, y luego le dieron al piloto una ronda de aplausos por las palabras tranquilizadoras.
Durante el despegue, mi papá accidentalmente agarró algo en el bolsillo del asiento de su avión, y parecía ser el periódico de ayer. El mismo que había puesto allí el día anterior (al igual que a todos los demás pasajeros, se le asignó el mismo número de asiento que estaba impreso en el billete original).
El capitán había mentido a sus pasajeros para que dejaran de preocuparse, pero en realidad todos estaban sentados en el mismo avión, el que tenía el problema del motor.
Y así alcanzaron nuevas alturas, y en la cabina, los pasajeros eran todo sonrisas, pedían bocadillos y bebidas y estaban totalmente listos para relajarse durante las próximas 4 horas.
Mi papá no tanto…
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