La venganza de los judíos

Rastreadores nazis: la historia secreta de los "Vengadores"

Llamados Nokmim, o "Vengadores" en hebreo, estos hombres y mujeres, insatisfechos con los juicios de 1945, se hicieron cargo de la caza de sus antiguos verdugos, mientras millones de criminales de guerra nazis seguían en libertad. Los nazis, responsables de atrocidades como las ejecuciones masivas en los bosques de Oriente o los asesinatos por Zyklon B en los campos de exterminio, no eran conscientes de que estaban creando un resentimiento persistente, un deseo de venganza que llevaría a la muerte de algunos de ellos. Con seis millones de víctimas, el Holocausto sigue siendo uno de los peores crímenes de la historia de la humanidad, y los juicios que siguieron no lograron hacer justicia a todos los cómplices. Los guardias del campo, los médicos, los soldados y los propagandistas habían escapado de la justicia.

Los Juicios de Nuremberg, celebrados entre noviembre de 1945 y octubre de 1946, condenaron sólo a un puñado de criminales (menos de doscientos). Ante esta injusticia, un misterioso grupo, cuyos orígenes se remontan a los supervivientes reunidos en Bucarest en 1945, decide tomar las armas para perseguir a quienes les hicieron daño. Su búsqueda los lleva a España, América del Sur, Canadá y varias regiones de Europa descritas como "desnazificadas". Muchos delincuentes se esconden en estos lugares tratando de escapar de su pasado, sin darse cuenta de que los rastreadores los persiguen.

Entre los nokmim hay antiguos combatientes de la resistencia y supervivientes de los guetos que han aprendido a manejar las armas. Yitzhak Zuckerman, un actor clave en el levantamiento del gueto de Varsovia, declararía más tarde que todos los judíos que conocía estaban impulsados por el deseo de venganza. Su objetivo es claro: hacer que Alemania pague por sus crímenes, tal y como establece la ley del talión. Abba Kovner, que reúne a sus partidarios, advierte de la persistente amenaza de la aniquilación total del pueblo judío, incluso después de la caída de Hitler.

Los asesinatos de ex nazis comienzan a aparecer bajo la apariencia de noticias: accidentes, ahorcamientos y muertes misteriosas. Aunque es difícil estimar el número de estos asesinatos, que podría oscilar entre los ciento cincuenta y los trescientos, algunos Vengadores incluso se atrevieron a cruzar Alemania con camiones que llevaban las palabras "Die Juden kommen" (Vienen los judíos), marcando así su deseo de venganza.

Un grupo más radical, los Nakam, planea envenenar los sistemas de agua de las principales ciudades alemanas como Múnich, Berlín y Hamburgo, con la esperanza de compensar a los seis millones de víctimas del Holocausto. Bajo las órdenes de Abba Kovner, se infiltran en la infraestructura, tratando de preparar su plan.

Sin embargo, la motivación de Kovner y sus hombres para atacar a personas inocentes sigue siendo compleja. La mayoría de los judíos comparten un resentimiento simbólico, pero Kovner quiere golpear con fuerza. "Nuestra acción debe ser impactante", dijo, convencido de que los alemanes deben entender que no será posible volver a la normalidad después de Auschwitz.

El "Plan A" fracasó, y los Nokmim centraron su atención en el asesinato de prisioneros de guerra de las SS en Alemania. En 1946, uno de ellos consiguió trabajo en una panadería, donde envenenó hogazas de pan con arsénico, pero sin causar muertes notables. Sin embargo, las autoridades aliadas comenzaron a preocuparse, y los Nokmim se vieron obligados a retroceder. En 1947, con la creación del Estado de Israel, Kovner se retiró a este nuevo país y continuó su lucha.

A pesar de su muerte en 1987, todavía resuena en la memoria de la gente una frase de Abba Kovner: "No nos dejemos llevar como ovejas al matadero".

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