Una joven de precio muy alto

Un sultán se enteró de que había una esclava en el mercado cuyo precio superaba el de otros cien esclavos.

Mandó a buscarla para ver qué la hacía tan excepcional.

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Ella se paró frente a él con una dignidad que nunca había visto en otros esclavos.

Él le preguntó: "¿Por qué tu precio es tan alto, jovencita?"

Ella respondió: "Porque me distingo por mi inteligencia".

Intrigado, dijo: "Te voy a hacer una pregunta. Si respondes correctamente, te liberaré. Si no, te mataré".

"¿Cuál es la prenda más hermosa, el perfume más agradable, la comida más deliciosa, el lecho más dulce y el país más hermoso?"

La esclava se volvió hacia los guardias y dijo: "Preparad mis cosas y mi caballo, porque me voy de este palacio como una mujer libre".

"La prenda más hermosa es la camisa del pobre que no tiene más que una, porque la encuentra apta para el invierno y el verano".

"El aroma más agradable es el de una madre, incluso si es una simple sopladora de fuego en una casa de baños".

"El plato más delicioso es el que comes cuando tienes hambre, porque los hambrientos incluso encuentran delicioso el pan duro".

"La cama más blanda es aquella en la que duermes con tranquilidad. Si sois injustos, hasta un lecho de oro os parecerá lleno de espinas".

Caminó hacia la puerta y el sultán la llamó: "No respondiste a mi última pregunta..."

Se dio la vuelta y dijo: "El país más hermoso es el que es libre y no está gobernado por gente ignorante".

Había respondido bien y así había obtenido su libertad.

Sí, tenía razón: el país más bello es el que no está gobernado por gente ignorante.

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