El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...
Ahora que nos estamos acostumbrando a vez a los ejércitos como ejecutores de misiones de paz, conviene recordar que hace mas de 25 siglos, en el Arte de la Guerra ya existía un concepto similar en la antigua China, escrito en el clásico taoísta Huai Nan Zi
Los que recurrían a las armas en los tiempos antiguos no lo hacían para expandir su territorio o lograr riquezas. Lo hacían […] para poner orden en el mundo y para deshacerse de los que dañaban a la gente común. […] Por lo tanto, cuando se enteran de que en una nación vecina se oprime el pueblo, alistan ejércitos, marchan a la frontera, y acusan a la otra nación de injusticias y excesos.
Cuando los ejércitos alcanzan los suburbios, los comandantes dicen a sus tropas: “no derriben árboles, no perturben los cementerios, no incendien cosechas ni destruyan almacenes, no hagan prisioneras a las personas comunes y no roben animales domésticos”.
Luego se formula la proclama: “el gobernante de tal y cual país demuestra desprecio por el Cielo y los Espíritus al apresar y ejecutar a inocentes. Este es un criminal ante el cielo, un enemigo ante el pueblo”.
La presencia de los ejércitos es para expulsar al injusto y restaurar al virtuoso. Quienes encabezan a los saqueadores del pueblo, en desafío a lo que es natural, mueren y sus bandas son exterminadas. […] La conquista de una nación no se extiende a su población; arranca el liderazgo y cambia el gobierno, hace honor a los caballeros excelentes, reconoce al sabio y al bueno, ayuda a huérfanos y viudas, consuela al pobre y lo trata con misericordia; libera a los presos y recompensa a los que ostentan méritos.
Los aldeanos aguardan la llegada de esos ejércitos con las puertas abiertas, les tienen preparados los abastos y la alimentación, preocupados sólo ante la posibilidad de que no vengan. Así, cuando el liderazgo se descarría, el pueblo desea la intervención militar tal como desea que llegue la lluvia durante una sequía y como busca saciar la sed. ¿Quién cruzaría sus armas con el ejército movido por la rectitud en tales circunstancias?
Extraído de:
Siempre he pensado que cuando entra un ejercito de liberación, termina como ejercito de ocupación...Ejemplos hay muchos.
ResponderEliminarSaludos Carolus.