En todos los colegios del mundo hay niños y niñas que controlan a su pequeño círculo de compañeros. Son los dominadores de una clase o de un curso completo, conocidos, respetados y temidos en todo el colegio. El mundo es como el patio de un colegio Este orden de poder escolar se percibe especialmente en los patios de los centros de enseñanza, durante los tiempos de asueto, cuando los alumnos se muestran tal como son, una vez relajados de la tensión de las aulas. Allí se puede observar con nitidez a quienes tienen esa capacidad para influir sobre los demás, poder que puede provenir de una o varias circunstancia diversas: fortaleza física, facultad innata de liderazgo, habilidad para la práctica de deportes, pertenencia a una familia poderosa, elocuencia aguda y viperina, caer en gracia a los maestros... o mera maldad unida a astucia. Estos niños con especial ascendiente sobre los demás pueden actuar de modo benefactor con el grupo, arrastrándolo a realizar actos nobles. Pero, con frec