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Las 20 leyes de la astucia

El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...

Orwell hizo un aviso, no un manual de Gran Hermano

Orwell acabó la novela “1984” en 1948, hace ya 65 años. Lo que era un aviso, ahora es un manual que se aplica de forma diligente por todos los aspirantes a Gran Hermano que pululan como moscas  y tábanos por el planeta.


La novela de Orwell se ambienta en Londres, que pertenece a un estado llamado Oceanía. Los ciudadanos viven sometidos a un control total y a una propaganda que les impide pensar de forma crítica. Todos los derechos están suprimidos y la existencia es miserable, con riesgo de perder la vida, o ser encarcelado o torturado, si no se demuestra suficiente fidelidad y adhesión al Gran Hermano. Se organizan numerosos actos colectivos donde se exige la participación activa de los miembros, gritando las consignas del partido, vociferando contra los supuestos traidores y dando rienda suelta al más desaforado fanatismo. Solo con fervor fanático se puede escapar a la omnipresente vigilancia de la policía del pensamiento.


Orwell hizo un aviso, no un manual de Gran Hermano
Orwell hizo un aviso, no un manual de Gran Hermano


El Gran Hermano es el jefe de los ejércitos, el guardián de la sociedad, el dios pagano y el juez supremo. Encarna los ideales del Partido único y todopoderoso que vigila sin descanso todas las actividades cotidianas de la población. En las calles y domicilios hay dispositivos de vigilancia para conocer todos los actos de cada individuo ("telepantallas"). La intimidad es imposible.

Sólo hay cuatro ministerios:

El Ministerio del Amor: administra los castigos, la tortura y de reeducación de los miembros del Partido inculcando un amor férreo por el Gran Hermano y las ideologías del Partido.

El Ministerio de la Paz: todos los asuntos relacionados con la guerra. Intenta lograr que la contienda sea permanente. Si hay guerra con otros países, el país está en paz consigo mismo. Si el odio y el miedo se pueden enfocar hacia fuera, no hay revueltas sociales

El Ministerio de la Abundancia: cuya misión es que la gente viva siempre al borde de la subsistencia mediante un racionamiento espartano.

El Ministerio de la Verdad: manipula o destruye los documentos históricos de todo tipo (incluyendo fotografías, libros y periódicos), para conseguir que las evidencias del pasado coincidan con la versión oficial de la historia, mantenida por el Estado.

Ahora mire a su alrededor. ¿Se ha usado la novela de Orwell como prevención o como manual de instrucciones para crear un Gran Hermano? Es imposible atravesar a pie o en vehículo una ciudad occidental sin que por lo menos una cámara te mire. Por su seguridad y por un precio asequible puede instalar un sistema de seguridad en su domicilio. Naturalmente, con cámaras para grabar a los “malos”, cámaras que también pueden grabarle sin que lo sepa. Es como describía Orwell, pero para colmo, paga Ud. el montaje del Gran Hermano particular. Algo parecido a la webcam de su ordenador, que se puede hackear y poner en marcha sin su consentimiento.


Orwell hizo un aviso, no un manual de Gran Hermano
Orwell hizo un aviso, no un manual de Gran Hermano

Su rastro cuando usa tarjetas de crédito también queda registrado, por eso animan a que las use, y por este motivo cada vez está peor visto el dinero en metálico, ya que no aporta información.

En los países con “libertades” (con marcadas  diferencias con Irán o Corea del Norte) para pinchar un teléfono hace falta permiso del Juez. Pero, ¿quién usa aun el teléfono fijo? Lo normal es que si estoy espiando un teléfono móvil autorizado por el Juez, como todo circula por las ondas, de paso me sea inevitable escuchar otros teléfonos… como el suyo, por ejemplo. Y como cada vez se pueden almacenar mayor cantidad de datos de forma más barata, esta conversación grabada va a parar al disco duro de alguna oscura agencia. De algún oscuro Ministerio de la Verdad, como explicó Orwell.

Pero esto no es nada, ya que gustosamente colaboramos. La mina de información es Internet, y la mejor veta, las redes sociales. Ahí nos desnudamos voluntaria y voluntariosamente, muchas veces de forma obscena, y ofrecemos todo tipo de información privada para quien quiera usarla.

Lo que no acabo de entender es que ahora todo el mundo se rasgue las vestiduras por el espionaje sistemático en Internet del Sr. Obama, a la sazón Premio Nobel de la Paz e icono de libertades y progreso. A mí lo que me ha extrañado es la filtración de seguridad, no el que se nos espiara a todo el planeta de forma muy “orwelliana”.

No recuerdo quien dijo que la dictadura perfecta se basaría en un tipo simpático, amable y que usaría métodos tan persuasivos que los propios súbditos estarían encantados de seguirle. Creo que esa es la diferencia en formas del presente con el Gran Hermano de Orwell de 1984. Pero conviene no olvidar que, en el fondo, es lo mismo: lo sabemos todo sobre ti. Sabemos más de ti que tú mismo. Así de siniestro y de eficaz.

Me imagino que lo que usted tiene publicado en la red es bastante inocente y para nada delictivo. Sólo comentarle que el cardenal Richelieu decía “dadme seis líneas escritas por la mano del hombre más honesto, y yo encontraré algo para hacerlo ahorcar.”

También le puede interesar:
http://www.elartedelaestrategia.com/principios_de_la_propaganda_segun_goebbels.html




Comentarios

  1. Una gran novela y Orwell un visionario que se anticipó a un futuro terrible. Estamos totalmente vigilados y controlados. Pero lo peor de todo es que hayan utilizado el personaje siniestro de la obra para un programa hortera lleno de gente impresentable.
    Un saludo.

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    1. Lo del programa de impresentables tal vez sea parte del mismo truco: crear "proles" que ni piensan, ni sienten ni padecen, como en la novela.

      Saludos, Cayetano

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  2. Sabes lo que más me preocupa??. Que sigue avanzando y nosotros como si nada...Por cierto que esos miniterios ya lo tenemos solo que con distintos nombres y recortes...

    Te faltó Venezuela en la lista de los que pinchan teléfonos...Bueno quizás por que allí se hablahasta con el más allá a través de pajaritos ;D

    Saludos Carolus. Muy bueno

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    1. Lo de Venezuela supera por goleada a España en surrealismo, cosa que parecía imposible dado el alto nivel surrealista de estos predios.

      TODOS los países pinchan teléfonos y todo lo que pillan, es consustancial al Poder.

      Saludos, Manuel

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  3. Por desgracia y como siempre la realidad supera a la ficción.
    Y todos aplaudimos con las orejas...

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    1. Masocas que somos, la sociedad. Nos va la marcha de que nos den caña. No veo otra explicación.

      Saludos, csc212

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  4. Cuando leí la obra por encargo de mi profesora de lengua y literatura a principios del 66 hube de hacer un trabajo y aunque no obra en mi poder, con el devenir de los acontecimientos desde entonces siempre lo he tenido in mente. Puede que influyera inconscientemente en que me haya convertido en un ser bastante solitario y marginal, socialmente hablando. Bss.

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    1. El no seguir el rebaño no hace marginales a las personas. Pensar por uno mismo trae estas consecuencias.

      Saludos, emejota

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  5. Habla de sistemas dictatoriales provocados por el ejército. Hoy día, se podría llamar dictadura tecnológica o digital.

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