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Mostrando las entradas etiquetadas como Robert Greene

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Los principios de la estrategia de Robert Greene

Robert Greene es un autor estadounidense que ha escrito varios libros sobre el arte de la estrategia, el poder, la seducción y la maestría.   Sus obras se basan en el estudio de la historia, la psicología, la filosofía y las ciencias sociales, y ofrecen una visión profunda y práctica de cómo podemos mejorar nuestras habilidades estratégicas en diferentes ámbitos de la vida. Ver Las 48 leyes del Poder En este artículo, vamos a repasar algunos de los principios más importantes que Greene expone en sus libros, y cómo podemos aplicarlos a nuestra realidad personal y profesional. Estos principios no son recetas mágicas ni fórmulas infalibles, sino herramientas que podemos usar con inteligencia y creatividad para alcanzar nuestros objetivos y superar los obstáculos que se nos presenten. Principio 1: Conoce tu propósito El primer paso para ser un buen estratega es tener claro cuál es tu propósito, tu meta, tu visión. Sin un propósito definido, no podrás trazar un plan coherente ni medir

Las leyes de la naturaleza humana

En el trabajo, relaciones o frente al mundo, “Las leyes de la naturaleza humana” ofrece tácticas brillantes para el éxito, la mejora y la autodefensa 18 principios esenciales que recordar para conocer mejor nuestra naturaleza humana y comprender lo que nos motiva. Descubre cuáles son las influencias vergonzosas que están en la raíz de nuestras mayores motivaciones humanas. Las leyes de la naturaleza humana Tiempo de lectura estimado: 14 minutos Todos somos animales sociales. Nuestras mismas vidas dependen de nuestras relaciones con las personas. Saber por qué la gente hace lo que hace es la herramienta más importante que podemos tener, sin ella nuestros otros talentos no pueden llevarnos tan lejos. Basándose en las ideas y ejemplos de varias figuras históricas, Robert Greene nos enseña a desapegarnos de nuestras propias emociones y a dominar quiénes somos, a desarrollar la empatía que conduce a la comprensión, a mirar detrás de las máscaras de las personas y a resistir el cumplim

“Las 33 estrategias de la guerra”, de Robert Greene

El estadounidense Robert Greene ofrece con el libro "Las 33 estrategias de la guerra" una visión global de las principales estrategias militares. Basa su síntesis en los cinco tipos principales de la psicología militar - la guerra contra uno mismo, guerra en equipo, la guerra defensiva, la guerra ofensiva y la guerra no convencional - y identifica lo que llama "Las 33 estrategias de la  guerra" como treinta y tres principios que cualquier líder debe tener absolutamente en cuenta tanto en la preparación como en las operaciones militares. Ver libro “Las 33 leyes de la guerra”, de Robert Greene Estos treinta y tres axiomas son cada uno el objeto de un capítulo, siempre estructurado de la misma manera: un resumen muy breve como introducción, varios ejemplos históricos puestos en perspectiva con citas e interpretados por el autor, un relato corto sobre estas imágenes, un argumento de autoridad prestado de un gran estratega, y finalmente un párrafo que contradice

Planifique sus acciones de principio a fin

Un final brillante constituye el corolario que da énfasis a todas sus acciones. Planifique su camino teniendo en cuenta todas las consecuencias posibles, todos los obstáculos y todos los giros del azar que puedan incidir de manera negativa sobre su trabajosa elaboración y otorgar la gloria a otros. Planificar todo un proceso, de principio a fin, evitará que lo abrumen los factores negativos y le permitirá saber con exactitud cuándo detenerse. Maneje la fortuna con cuidado y determine el futuro planificando a largo plazo.  Planifique sus acciones de principio a fin En 1863, el primer ministro prusiano Otto von Bismarck hizo un análisis del tablero de ajedrez del poder europeo en aquel momento. Los principales protagonistas en escena eran Inglaterra, Francia y Austria. Prusia no era más que uno de los estados de la no muy unida Federación Germánica. Austria, el miembro dominante de la Federación, hacía lo posible para que los demás estados alemanes siguieran siendo débiles,

Sea audaz al entrar en acción o cómo vender la Torre Eiffel

Si se siente inseguro frente a determinado curso de acción, no lo intente. Sus dudas y titubeos se transmitirán a la ejecución del plan. La timidez es sumamente peligrosa; lo mejor es encarar toda acción con audacia. Cualquier error que usted cometa por ser audaz se corregirá con facilidad mediante más audacia. Todo el mundo admira al audaz; nadie honra al timorato. En mayo de 1925, cinco de los más exitosos comerciantes en chatarra de Francia fueron invitados a una reunión "oficial" pero "altamente confidencial" con el director general del Ministerio de Correos y Telégrafos en el hotel Crillon, en aquel entonces el más lujoso de París. Cuando los comerciantes llegaron al hotel, el director general en persona, un tal Monsieur Lustig, los recibió en una elegante suite del último piso. Sea audaz al entrar en acción. Víctor Lustig Los hombres, que no tenían idea de por qué habían sido convocados a aquella reunión, estallaban de curiosidad. Después de s

Mantener limpias las manos

Es necesario que, en todo momento, usted aparezca como paradigma de la corrección y la eficiencia. Sus manos nunca se ensuciarán por actos ilícitos o por descuidos. Mantenga esa apariencia impecable, utilizando a otros como testaferros o pantallas para ocultar, cuando sea necesario, su participación personal en hechos de esta índole.  Hacia fines del siglo II d.C., cuando el poderoso imperio Han, de la China, comenzó a derrumbarse, el gran general y ministro imperial Cao Cao surgió como el hombre más poderoso del país. Buscando ampliar su base de poder y librarse del último de sus rivales, Cao Cao inició una campaña para obtener el control de la Planicie Central, de gran importancia estratégica. Durante el sitio a una de las ciudades clave, Cao Cao calculó mal el tiempo que tardaría en llegarle, desde la capital, el aprovisionamiento de grano. Mientras esperaba el cargamento, entre las tropas comenzó a escasear el alimento, y Cao Cao se vio obligado a ordenar al intendente en jefe

El Arte de la Maestría personal en 20 lecciones

Estos son 20 de los conceptos más importantes extraídos del nuevo libro "Maestría" de Robert Greene. Trata sobre lo que necesitas para convertirte en un maestro en cualquier campo de tu vida y cómo lo hicieron los grandes hombres  Robert Greene realizó muchas entrevistas con individuos de talento y estudió las biografías de numerosas figuras influyentes, como Leonardo Da Vinci, Mozart, Charles Darwin, Benjamin Franklin, y otros personajes influyentes. Robert Greene es el autor de varios libros de desarrollo personal muy populares, como las "48 leyes del poder", "El arte de la seducción" y "La Ley número 50 de 50 Cent". El Arte de la Maestría personal en 20 lecciones 20 lecciones de Maestría aprendidas de Robert Greene  1 - Entender quien eres realmente, y qué tipo de vocación o carrera que te sientes llamado a realizar. 2 - Comprométete a un aprendizaje, en el que te sometas a años de observación humilde, a la adquisición de hab

Picasso y el arte de ser impredecible

El ser humano es hijo del hábito y tiene una necesidad insaciable de sentirse familiarizado con las actitudes de quienes lo rodean. Si usted se muestra predecible, confiere a los demás la sensación de tener cierto control sobre usted. Invierta los papeles: muéstrese deliberadamente impredecible.    Las actitudes que en apariencia carecen de coherencia o propósito desconcertarán a los demás, que se agotarán tratando de explicarse sus movimientos y acciones. Llevada a un extremo, esta estrategia puede intimidar y aterrorizar. El otro siempre trata de interpretar los motivos que se ocultan detrás de las acciones de usted, para utilizar su predictibilidad contra usted. Haga algo por completo inexplicable, y los pondrá a la defensiva. No entender qué es lo que usted está haciendo los sacará de las casillas; en ese estado de ánimo resultará muy fácil intimidarlos. Picasso y el arte de ser impredecible Pablo Picasso dijo en cierta oportunidad: "El mejor cálculo es la ausencia

El arte de atraer a los demás

Cuando obligue a otro a actuar, deberá ser usted quien en todo momento ejerza el control. Siempre es mejor lograr que su contrincante se acerque a usted y abandone, en este proceso, sus propios planes. Atráigalo con ganancias fabulosas... y después proceda a atacar. Usted tiene todos los ases en la mano. Felipe Brunelleschi, el gran artista y arquitecto del Renacimiento, cultivó el arte de hacer que los demás fueran a él, como señal de su poder. En cierta ocasión lo habían contratado para reparar la cúpula de la iglesia Santa María del Fiore, en Florencia. Se trataba de un trabajo importante, que le daría prestigio. Pero cuando los funcionarios de la ciudad contrataron a un segundo hombre, Lorenzo Ghiberti, para que trabajara con Brunelleschi, el gran artista se sintió ofendido. Sabía que Ghiberti había obtenido aquel trabajo sólo gracias a sus relaciones, que no haría nada y aun así se llevaría la mitad de los laureles.  El arte de atraer a los demás  En un momento crític

El Emperador que transformaba a sus enemigos

Durante varios siglos después de la caída de la dinastía Han (año 222 d.C.) la historia china presenta una serie de golpes de Estado violentos y sangrientos, uno tras otro. Los hombres del ejército conspiraban para asesinar a un emperador débil, para luego reemplazarlo por un general fuerte y colocarlo en el trono del dragón. El general iniciaba una nueva dinastía y se hacía coronar emperador. Para asegurar su supervivencia, asesinaba a los generales que lo habían acompañado en el golpe. Algunos años más tarde, sin embargo, el modelo volvía a repetirse: nuevos generales volvían a levantarse y asesinaban al emperador o a sus hijos. Ser emperador de China significaba estar solo, rodeado por una jauría de enemigos. Era la posición de menor poder y seguridad que existía. En el año 959 d.C., el general Chao K'uang-yin se convirtió en el emperador Sung. Tenía plena conciencia de que era muy probable que, en el término de uno o dos años, lo asesinaran. ¿Cómo podía hacer para romp

Las 48 leyes del poder. Ley 24 SEA EL CORTESANO PERFECTO

El cortesano perfecto, adulador e intrigante, prospera y alcanza su plenitud en un mundo en el cual todo gira en torno del poder y de la habilidad política. Domina a la perfección el arte de la oblicuidad. Adula, se somete a sus superiores y reafirma su poder sobre los demás de la forma más encantadora y graciosamente indirecta y falsa. Aprenda a aplicar las leyes del cortesano, y su ascenso dentro de la corte no conocerá límites.  La sociedad cortesana  Es una realidad de la naturaleza humana que la estructura de una sociedad cortesana se conforma en torno del poder. En el pasado, la corte se reunía alrededor del gobernante de turno y cumplía diversas funciones: además de divertir y entretener al soberano, era una forma de reafirmar las jerarquías de la realeza, la nobleza y las clases altas de la sociedad, así como de mantener a la nobleza a la vez subordinada y cercana al gobernante, a fin de que éste pudiese controlarla. La corte sirve al poder de muchas maneras, pero sobr

Concentre sus fuerzas

Conserve sus fuerzas y su energía manteniéndolas concentradas en su punto más fuerte. Concentre sus fuerzas Ganará más descubriendo un rico yacimiento y explotándolo en profundidad, que pasando de un yacimiento pobre a otro: la intensidad siempre triunfa sobre la dispersión. Cuando busque fuentes de poder que puedan promoverlo, procure encontrar siempre el patrón clave único, la vaca lechera que pueda ordeñar durante largo tiempo. En China, a principios del siglo VI a.C., el reino de Wu inició tina guerra con las vecinas provincias del norte del Reino del Medio. Wu era una potencia en expansión pero carecía de la gran historia y civilización del Reino del Medio, que durante siglos había sido el centro de la cultura china. Al derrotar al Reino del Medio, el rey Wu elevaría de inmediato su posición.  La guerra comenzó con grandes fanfarrias y varias victorias, pero pronto se estancó. Una victoria en un frente sólo lograba que los ejércitos de Wu quedaran vulnerables en

Hacerse el tonto

A nadie le gusta sentirse más estúpido que los demás. Por lo tanto, el truco consiste en hacer sentir sagaces e inteligentes a sus víctimas y, sobre todo, más sagaces e inteligentes que usted. Una vez que las haya convencido de esto, nunca sospecharán que usted tiene motivaciones ocultas contra ellos.   Hacerse el tonto. Forrest Gump La sensación de que alguien es más inteligente que nosotros es casi intolerable. En general procuramos justificar esa diferencia de distintas maneras: "Sólo es una persona muy leída, mientras que yo tengo conocimientos reales y concretos". "Sus padres tenían dinero como para darle una buena educación. Si mis padres hubiesen sido ricos, yo no tendría nada que envidiarle..." "No es tan inteligente como cree." Y, por último, el conocido comentario: "Podrá saber mucho más que yo sobre su especialidad, pero, más allá de eso, no es nada inteligente. Hasta Einstein era de inteligencia mediocre cuando actuaba fuera del

Nunca des la impresión de que buscas algo

En todas las esferas de la vida, nunca des la impresión de que buscas algo; esto producirá una resistencia que nunca someterás. Nunca des la impresión de que buscas algo Aprende a acercarte a la gente de lado. Apaga tus colores, pasa inadvertido, finge ser inocuo y tendrás más margen de maniobra. Lo mismo sucede en política, donde la ambición manifiesta suele asustar a la gente. A primera vista, Vladimir Ilich Lenin parecía un ruso común: vestía como obrero, hablaba con acento campesino, no se daba aires de grandeza. Esto hacía sentir a gusto a la gente, e identificarse con él. Pero bajo ese aspecto aparentemente insulso había por supuesto un hombre muy hábil, que no cesaba de maniobrar. Cuando la gente se percató de esto, ya era demasiado tarde. Duke Ellington, el gran jazzista y  consumado seductor , deslumbraba inicialmente a las damas con su buena apariencia, ropa elegante y carisma. Pero una vez a solas con una mujer, retrocedía un poco y se volvía excesivamen