En la Venecia renacentista, algunos conventos de monjas se hicieron famosos por su laxitud en la aplicación de los votos de castidad. Muchas monjas aristocráticas mantenían relaciones sexuales con visitantes masculinos e incluso tenían hijos ilegítimos. Esta situación era un secreto a voces en la sociedad veneciana, donde la moralidad y la religión a menudo se mezclaban con la política y el poder. Ver Sor María Jesús de Ágreda, la monja que estaba en dos lugares a la vez Los famosos conventos de monjas de Venecia atraían a los turistas, y los viajeros masculinos de Inglaterra y Holanda se deleitaban mezclándose con las refinadas mujeres que ofrecían conciertos privados y conversaciones sofisticadas. Sin embargo, algunas monjas también se acostaron con extranjeros a cambio de regalos financieros, lo que provocó un escándalo cuando se descubrió que un convento para prostitutas reformadas funcionaba como burdel con el padre confesor como proxeneta. Este descubrimiento sacudió a la socied