Sus actuaciones deberán parecer naturales y de fácil ejecución. Toda la práctica y el esfuerzo que usted invierta en él, así como todas las habilidosas artimañas a las que recurra, deberán permanecer ocultos. Cuando actúe, hágalo como si la tarea que tiene entre manos fuese algo de lo más sencillo, como si pudiese hacer todavía mucho más. Evite la tentación de revelar lo mucho que usted trabaja, pues con ello sólo generará cuestionamientos. No le enseñe a nadie sus trucos especiales, o los usarán contra usted.
En una ocasión, el gran Harry Houdini promovió su presentación con la frase: "Lo imposible hecho posible". Y, en efecto, quienes eran testigos de sus dramáticos "escapes" sentían que lo que Houdini hacía sobre el escenario contradecía el sentido común y los conceptos tradicionales sobre la capacidad humana.
Haga que sus logros parezcan no requerir esfuerzos |
Cierta noche de 1904, un público de 4.000 londinenses colmaba un teatro para ver a Houdini frente a un desafío increíble: escapar de un par de esposas de las que se afirmaba eran las más fuertes fabricadas hasta ese momento. Tenían seis juegos de cerraduras y nueve pestillos cada una. Un fabricante de Birmingham había dedicado cinco años a perfeccionarlas. Los expertos que las habían examinado decían que nunca habían visto algo tan intrincado y que su complejidad haría imposible que alguien se liberara de ellas.
La multitud observó a los expertos asegurar las esposas en las muñecas de Houdini. Luego el artista fue introducido en una caja negra, ubicada sobre el escenario. Los minutos transcurrían. Cuanto más tiempo pasaba, más seguro parecía que aquellas esposas serían las primeras en derrotar al mago. En cierto momento, Houdini salió de la caja y pidió que le quitaran las esposas un instante, para poder sacarse la chaqueta, pues en la caja hacía mucho calor. Quienes le habían planteado el desafío se negaron a acceder a su pedido, sospechando que era una treta para ver cómo funcionaban las cerraduras. Imperturbable, y sin usar las manos, Houdini logró levantar el saco por sobre sus hombros, darlo vuelta, sacar un cortaplumas del bolsillo de su chaleco con sus dientes y, mediante rápidos movimientos de la cabeza, cortar las mangas del saco para liberar los brazos. Una vez que se hubo quitado el saco, volvió a la caja, mientras el público aclamaba a gritos su gracia y su destreza.
Al fin, después de tener al público en vilo durante un buen rato, Houdini emergió de la caja por segunda vez, con las manos libres y alzando en triunfo las esposas. Hasta el día de hoy nadie sabe cómo hizo para liberarse. Aunque demoró casi una hora, en ningún momento se lo vio preocupado ni vacilante; por el contrario, al final del espectáculo la gente tenía la sensación de que había prolongado el escape para incrementar el clima dramático y lograr que el público se preocupara. La queja referente al calor que hacía dentro de la caja también formó parte de su acto. Los espectadores de esta y de otras representaciones de Houdini deben haber sentido que...
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Hacer como que no cuesta. Depende en qué labor. Puede convertirse en un arma de doble filo.
ResponderEliminarSe corre el riesgo de que valoren poco tu trabajo.
Los hay que hacen poco y simulan que hacen mucho para que los demás vean cuánto trabajan.
Un genio este mago con gran habilidad para escapar en poco tiempo de mil y una ataduras, candados y demás.
Gran mérito porque algunos no han logrado quitarse una sola de las "esposas" en 30 años.
Un saludo.
En España es muy cierto lo que mencionas ya que se valora mas "echarle horas" que lograr objetivos.
EliminarRespecto a quitarse esposas, es cierto, hay muchos casos, tanto como individuos, como sociedad.
Saludos, Cayetano
Hacía taekwodo. Mi entrenadodecía que había que hacer que el ataque pareciera fácil, pero realmente fuese duro".
ResponderEliminarNunca he tenido esposas, ni en fantasías sexuales ;D
Saludos
Para hacer que el ataque parezca fácil, a mi me dijeron que había que ensayarlo 10.000 veces. ¡¡¡No veas lo que cansa!!!
EliminarSaludos, Manuel