Descubre los 4 tipos de jefes tóxicos más comunes y aprende poderosos consejos para enfrentarlos, proteger tu bienestar y potenciar tu carrera.
1. El gandul
2. La mina que explota por sorpresa
Es media tarde y el día ha sido un modelo de productividad. Los correos electrónicos han sido contestados, los proyectos se están terminando antes de lo previsto y cuando estás a punto de tomar un almuerzo bien merecido, cuando de repente, ¡zas! de la nada, aparece gritando tu jefe tóxico en tu escritorio (delante de toda la oficina) por olvidarte de enviar un documento de rutina.
Prueba hacer esto con este jefe tóxico:
¿Cuál es la mejor manera de desactivar este paquete de dinamita humana? En primer lugar la clave está en no hacer estallar es te tipo de jefe tóxico. Sí, siempre habrá motivos imprevistos, pero haz lo mejor que puedas para controlarlos comprendiendo que es lo que desencadena una crisis y evita esas cosas. Por ejemplo, si tu editor enloquece cuando escribes mal el nombre de una fuente, asegúrate de duplicar y triplicar la revisión de las notas.
Y si tu jefe comienza a echar espuma por la boca si llegas un momento después de las 8 de la mañana, idea un plan para llegar a las 7:45 h. Hay otra opción más sibilina: puesto que de todas maneras va a explotar, dirige la explosión hacia alguien o algo que no te incumba.
3. El egomaníaco
Este jefe tóxico parece pensar que las normas se aplican a todo el mundo menos para él. Este individua actúa así con todo el mundo (incluido tú) y cree que existes sólo para confirmar su genialidad o hacer su vida más cómoda. Este jefe tóxico se apunta con regularidad todo el éxito de los proyectos de equipo y le pasa la culpa de todo lo que va mal a todos los demás. Tienes un ególatra sobre ti.
Prueba hacer esto con este jefe tóxico:
La mejor manera de lidiar con jefes tóxicos y ególatras es ignorar sus llamadas para la validación tanto como sea posible. Seguramente no quieres hacer caso omiso de tu jefe, pero alimentar el monstruo ego con elogios y atenciones innecesarias sólo logra reforzar el mal comportamiento. Entonces, trabaja mas en cultivar relaciones con otras personas en la oficina.
Busca a alguien más para que actúe como un mentor, te dará asesoramiento profesional sólido y te servirá como una referencia fiable. Y asegúrate de mantener un registro en papel de sus logros y proyectos de manera que no tengas que depender de tu jefe para tu reconocimiento. Ver Las 20 leyes de la astucia
4. El medio amigo
Arrogante pero incompetente. Desesperado por la amistad, pero sin intención ofensiva. Acaban las oraciones de otras personas con "eso es lo que dijo.". Estos son los jefes tóxicos que no pueden decidir si quieren ser tu supervisor o tu amigo, y que, francamente, no son muy buenos en ambos roles.
Prueba hacer esto con este jefe tóxico:
La buena noticia es que los jefes tóxicos de este tipo tienden a ser bastante inofensivos. Por lo general, sólo tienen una falta de confianza y la capacidad social y nada más quieren ser considerados como uno más de los chicos o chicas. Si estás atascado con un jefe tóxico de este tipo, te apiadaras de él. Inclúyelo en las conversaciones informales de la oficina o visítale durante el almuerzo. Y luego, vuelve al trabajo. Al ver tus buenas habilidades sociales en acción puede ayudar a tu jefe a aprender a actuar de una manera más apropiada para una oficina.
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