El secreto del éxito de Harrison Ford

En 1964, Harrison Ford se mudó a Hollywood con el sueño de convertirse en actor. 

“Pero llegué en un autobús metafórico lleno de gente que tenía la misma ambición”, dijo. Al darse cuenta de que la mayoría de los aspirantes a actores tenían prisa por triunfar, Ford ideó un plan para diferenciarse: decidió ampliar su cronograma.

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Ford notó que muchos de sus compañeros se apresuraban a alcanzar fama, riqueza o demostrar algo. Él, sin embargo, optó por un enfoque diferente. “Tenía que tener otra fuente de ingresos. Entonces me hice carpintero”, explicó. Esta decisión le permitió esperar pacientemente a que terminara la competencia, ya que muchos otros se dieron por vencidos con el tiempo.

Ford inicialmente aprendió habilidades de carpintería para arreglar su casa en ruinas, encontrando el proceso meditativo. También creía que trabajar como carpintero en Hollywood podría generar oportunidades de actuación. Esto resultó cierto cuando se hizo conocido como el "carpintero de las estrellas", trabajando para clientes como Francis Ford Coppola, James Caan, Richard Dreyfuss y Joan Didion.

Su trabajo de carpintería lo llevó a un momento crucial cuando le pidieron que leyera líneas con actores que audicionaban para “Star Wars” mientras construía una entrada en la oficina de Coppola. Esta oportunidad resultó en que Ford fuera elegido como Han Solo, después de leer con unos 300 actores.

Lección 1

Ford eligió la carpintería por su practicidad y las posibles oportunidades de establecer contactos que ofrecía. Su atracción inicial por la carpintería se debió a su naturaleza meditativa y su potencial para conectarlo con los conocedores de Hollywood.

Lección 2

La estrategia de Ford se alinea con el concepto de “ganar mediante el desgaste”, un principio observado en la estrategia militar. El historiador B.H. Liddell Hart señaló que la resistencia, más que los ataques directos, a menudo determinaba el éxito en las guerras importantes. La creencia de Ford en perseverar, en alargar su cronograma, encarna este principio. Como destacó Ryan Holiday: "Siempre lleva más tiempo del que crees".

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