Un relato tierno y divertido: nostalgia, amor y humor en la vejez. Descubre cómo un pequeño detalle revive intensas emociones pasadas.
Todo parece tranquilo mientras ambos comienzan a quedarse dormidos, pero María, con un toque de nostalgia, rompe el silencio con un susurro al oído de su marido:
—Cuando éramos jóvenes, me cogías de la mano.
Marcos, medio dormido, sonríe con ternura, toma la mano de María y luego se da la vuelta para seguir durmiendo. Sin embargo, apenas unos minutos después, la voz de su esposa vuelve a interrumpir el silencio:
—También solías besarme.
Un poco irritado, pero aún cariñoso, Marcos se inclina y le da un beso rápido en la mejilla antes de girarse nuevamente para intentar dormir. Pero María no ha terminado con sus recuerdos:
—A veces incluso me mordisqueabas el cuello.
Exasperado y sin poder contenerse más, Marcos empuja las mantas y se levanta bruscamente de la cama. Sorprendida por su reacción, María le pregunta:
—¿Pero a dónde vas?
A lo que Marcos responde con resignación:
—¡A buscar mis dientes!
Y tú, ¿qué opinas?
Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!
Me llama la atención que, aunque de mal genio el trata de complacerla.
ResponderEliminartener presente que algunos habitos es bueno que se nos recuerden.
ResponderEliminar