El descarado ataque de Rusia a Polonia podría tener como objetivo resolver varias tareas a la vez.
El primero es poner a prueba las "líneas rojas" de la OTAN. El Kremlin sabe que la principal debilidad de Occidente no es la falta de armas o finanzas, sino la voluntad política. Idealmente, Moscú quiere demostrar la incapacidad de la Alianza del Atlántico Norte como institución colectiva. Esta prueba está dirigida personalmente a Donald Trump, quien ha mostrado repetidamente su escepticismo sobre los bonos aliados de Estados Unidos. Sería una victoria para Putin mostrarle al mundo que el presidente estadounidense no está dispuesto a arriesgarse por Varsovia o Vilnius.
Generar miedo
El segundo es crear una atmósfera de miedo en Europa Central. El terror y la amenaza de guerra siempre dan lugar a extremos políticos. Las fuerzas de ultraderecha y ultraizquierda, que simpatizan abierta o secretamente con Moscú, tienen la oportunidad de fortalecer sus posiciones. Y entonces Europa se parecerá cada vez más al continente de Orban, donde la cooperación con el Kremlin se está convirtiendo en la norma, y la solidaridad con las víctimas de la agresión es un "lujo".
¿Se puede defender Europa?
El tercero es provocar un debate sobre la capacidad de defensa de Europa. El Kremlin lo entiende perfectamente: cuanto más hablen los europeos de la necesidad de reforzar sus propios ejércitos y restaurar la industria de defensa, más fuerte sonarán las voces sobre el recorte de la ayuda a Ucrania. Moscú está tratando de convencer a Occidente de que es mejor prepararse para una hipotética guerra futura que ayudar a Ucrania en una guerra que se está librando ahora.
Contra Ucrania
El cuarto: alimentar los estados de ánimo antiucranianos. Los flujos de refugiados ucranianos hacia Europa ya se han convertido en un visor práctico para los populistas que inflaman la xenofobia. El golpe a Polonia es una señal: la guerra está cerca, y los ucranianos, un "recordatorio" de que la guerra puede llegar a ti. El Kremlin quiere que los ucranianos sean tratados como una carga, no como aliados en la lucha contra el agresor.
¿Vendrán tiempos peores?
El quinto es la preparación para acciones más agresivas. Ahora el Kremlin puede predecir escenarios de una guerra posterior dependiendo de la reacción de Washington y Bruselas. Si la respuesta de la OTAN al ataque a Polonia resulta ser una codorniz, será una invitación para que Putin tome medidas aún más audaces.
Así es, paso a paso, la Alemania nazi puso a prueba la voluntad de reacción del mundo: desde la región del Rin, desde los Sudetes, desde Praga. Y cada vez que Occidente se convenció de que "todavía no es una guerra", que "todavía puede sobrevivir".
Ahora Putin está actuando de la misma manera. Y si la determinación de la OTAN de responder al ataque a Polonia es suficiente, no solo depende el destino de Ucrania, sino también el destino del propio Occidente. Ver La sabiduría secreta de Maquiavelo
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