¡Crítica explosiva! El victimismo de Gaza: negocio que financia su propia autodestrucción y caos tribal. ¡Entiende el conflicto!
La economía de Gaza opera bajo una premisa que garantiza su propia miseria y, por ende, su autodestrucción. El modelo de subsistencia de la Franja no se basa en la producción o el comercio, sino en el victimismo como principal fuente de ingresos frente a Occidente. Esta elección no solo estanca a la sociedad, sino que la condena a una espiral de violencia interna que se manifiesta tan pronto como cesa la guerra externa. Ver La sabiduría secreta de Maquiavelo
El caso Mr. Fafo: el modelo de negocio de la compasión
La reciente muerte del infame influencer gazatí, conocido como "Mr. Fafo" (Saleh Aljafarawi), es el trágico reflejo de esta disfunción social. Mr. Fafo se hizo famoso tras los ataques del 7 de octubre, presentándose simultáneamente en redes como "periodista", "paramédico" y "víctima de guerra". Con videos cargados de sufrimiento, logró conmover a miles de occidentales, quienes enviaron donaciones millonarias.
Mr. Fafo prometió construir un hospital con el dinero recaudado, que superó los 13 millones de dólares. Sin embargo, siguiendo una práctica habitual en el régimen de Gaza, el dinero "desapareció" sin que se levantara una sola pared. Su acción no fue una excepción, sino la aplicación del modelo Hamás: convertir el dolor de su propia gente en una fuente de ingresos masiva. El negocio del victimismo es la industria más rentable de los gazatíes de cara a Europa y Estados Unidos. Cada imagen de destrucción o cada niño herido se transforma en un ingreso. Los donantes creen estar salvando vidas, pero en realidad están financiando la perpetuación del conflicto.
Así funciona el círculo vicioso perfecto: Occidente se conmueve con las imágenes, Hamás (o sus operadores) recauda el dinero, y Gaza permanece hecha trizas. Su estancamiento social es la fuente de ingresos más valiosa que han logrado desarrollar, pues la miseria es su commodity exportable. Ver Las 20 leyes de la astucia
Violencia tribal: la verdadera esencia del conflicto interno
La ironía de Mr. Fafo se hizo más profunda al conocerse su causa de muerte. No fue asesinado por "el enemigo sionista", sino por otros árabes miembros de un clan rival en medio de una lucha interna contra Hamás. Su ejecución a manos de su propia gente con 12 disparos en el pecho revela la verdadera esencia de Gaza.
Gaza es un caos de tribus árabes que se odian entre sí. Lo único que logra unirlos temporalmente es la propaganda y la lucha contra Israel; una estrategia clásica utilizada por gobiernos corruptos y nefastos para desviar la atención de sus problemas internos.
En el mundo árabe, la estructura tribal nunca desapareció de la mentalidad, lo que hace que el concepto de "nación" sea extremadamente frágil. El islam político del siglo XX intentó cubrir esta naturaleza tribal, pero la lealtad real sigue siendo hacia el clan, no hacia el Estado o la ley. Por ello, tan pronto como se declara un cese al fuego, el odio y la violencia interna regresan a su estado original. Es una cultura que evita la autocrítica y la responsabilidad, prefiriendo la destrucción social en la incesante búsqueda de poder tribal.
El nacionalismo árabe: una ficción impuesta
El caos tribal de Gaza no es una anomalía, sino la norma en el mundo árabe moderno, visible en Siria, Irak, Líbano y Libia. Estos Estados son creaciones artificiales nacidas de las potencias europeas que, al trazar fronteras imaginarias en mapas (como en el Acuerdo Sykes-Picot), obligaron a convivir bajo una misma autoridad a etnias, tribus y religiones históricamente antagónicas.
El nacionalismo árabe del siglo XX, una idea utópica importada de Occidente sobre la creación de una "identidad nacional" bajo una sola bandera, no nació del corazón de los pueblos, sino de los despachos coloniales. Como toda ficción impuesta desde fuera, se sostuvo sobre la corrupción y la violencia. Por eso, cuando las dictaduras árabes colapsan, lo que emerge no es la libertad democrática, sino el retorno violento a las luchas originales entre clanes, milicias y feudos.
La falsa solución del "Estado Palestino"
Pensar que la fundación de un "Estado palestino" solucionaría el conflicto es repetir el mismo error histórico. No sería la fundación de una nación real, sino la institucionalización y perpetuación del conflicto tribal, añadiendo un pasaporte inventado a la lista de países árabes fallidos. Sería simplemente crear un nuevo escenario donde las tribus se devorarían entre sí, mientras Occidente observa con compasión y sigue lanzando donaciones.
Gaza no necesita más donaciones, ni más tratados, ni más comités internacionales. Lo que esa gente necesita es una transformación moral interna y una maduración social que solo puede venir de la autocrítica.
Mientras el victimismo continúe siendo una fuente de ingresos rentable gracias a la ingenuidad occidental, la autocrítica de los gazatíes nunca existirá. De esa forma, su destino seguirá siendo la autodestrucción, y la búsqueda de guerras contra Israel se convertirá en la única vía de escape antes de colapsar socialmente por sus propias luchas internas.
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