Pervitin, también conocida como la "píldora de la Blitzkrieg", era el combustible humano de toda una máquina de guerra. Esos pobres idiotas fueron rellenos de metanfetamina y enviados a destrozar el mundo, pensando que eran invencibles. Por supuesto, esto tenía su precio, y cuando esos efectos se iban, no era un espectáculo para la vista, a menos que seas el tipo de persona que disfruta viendo a los demás en pedazos. Los soldados alemanes sin Pervitin se convirtieron en zombis exhaustos. No estoy hablando de zombis al estilo clásico, no, eran peores. Fatiga extrema, irritabilidad, paranoia, en resumen, la versión más patética de un ser humano, mucha carne que no podía poner un pie delante del otro. Muchos se vieron reducidos a gemir en sus agujeros en la tierra, soñando con otra píldora para hacer desaparecer esa desesperación. Algunos se suicidaron, incapaces de enfrentar la dura realidad sin su ayuda química. Otros entraban en estados psicóticos completos, viendo enemigos ...