El arte de moverte con inteligencia en un mundo lleno de apariencias ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre salen ganando, incluso en las peores situaciones? ¿Te gustaría entender cómo piensan los que realmente mandan… y aprender a jugar con sus mismas cartas? Las 20 leyes de la astucia es el manual definitivo para quienes quieren dejar de ser ingenuos y empezar a moverse con cabeza en la vida . Este libro no es teoría vacía ni frases motivacionales: es estrategia pura, clara y directa. ¡Haz clic aquí para leer una muestra ahora! Te ofrece unas herramientas prácticas para: Entender los juegos ocultos de poder e influenci a. Detectar segundas intenciones y protegerte de ellas. Influir sin imponer, ganarte el respeto sin alzar la voz. Tomar decisiones con inteligencia emocional y visión estratégica. Convertirte en alguien más difícil de manipular , más sólido y respetado. Imagina tener la capacidad de leer entre líneas, anticiparte a los movimientos de los dem...
Cuentan que en la Edad Media un hombre de grandes dotes fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente en el reino y por eso desde el primer momento se procuró un chivo expiatorio para encubrir al culpable.
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Juicio amañado |
El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasa o nula oportunidad de escapar a la horca. El Juez, también parte de la trama, cuidó sin embargo de aparentar todo el aspecto de un juicio justo. Por ello dijo al acusado:
– Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor vamos a dejar en manos de él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tú escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino.
El funcionario había preparado dos papeles iguales con la palabra 'culpable' y la pobre víctima aún sin conocer los detalles se daba cuenta que el sistema propuesto era corrupto.
No había posibilidad de escapar. El Juez ordenó entonces al hombre a tomar uno de los papeles. Éste respiró profundamente, quedó en silencio por unos instantes con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente:
– ¿Pero qué hizo? ¿Y ahora? ¿Cómo vamos a saber el veredicto?
Él hombre respondió:
– Es muy sencillo. Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué.
Con caras de enfado mal disimuladas debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
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;D
ResponderEliminarMe he reido con la agilidad del acusado. A fin de cuentas, parece que si estuvo en la mano de Dios la vida del hombre.
Saludos Carolus
barbaro que bine asierto
ResponderEliminarMarchando una twitteada para Carolus.
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