La regla de oro consiste en no hacer a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. Lo curioso es que esta regla se puede mejorar con resultados sorprendentes.
Este enunciado de la regla de oro aparece en las principales religiones del mundo, lástima que se esconda entre mucha palabrería y casi no se practique.
La regla de oro, de cumplirse por toda la humanidad, nos garantizaría que la convivencia fuera la correcta. Si no lográramos crear el paraíso, estaríamos muy cerca de hacerlo, prácticamente a sus puertas. Solo con eso, nuestra especie habría dado un gran salto en sabiduría. Solo espero que esta idea se programe de forma muy profunda en la Inteligencia artificial que está llamada a relevarnos o a fusionarnos con ella.
La regla de oro y dos reglas aun mejores |
A nivel individual de las personas, el que cumplas esta regla de oro te va a garantizar que tengas muchos menos enemigos y que empieces a transitar por la senda de ser buena persona. Si ya andabas por este camino, cumplir la regla de oro te facilitará muchas cosas.
Pero, a mi forma de ver, esta regla de oro se puede mejorar. Dígannos que es una base sobre la cual se puede ir perfeccionando el difícil arte de vivir. Para empezar, la regla de oro es negativa, nos dice lo que no debemos hacer. Es mejor buscar reglas positivas. Y ahí viene la mejora: haz a los demás lo que te gustaría que te hagan a ti. Aunque parece lo mismo, hemos pasado de algo pasivo (no hacer) a tomar la iniciativa (hacer algo). Si pones en práctica esta regla de oro “plus” es evidente que no solo seguirás viviendo en paz, empezarás a ganar amigos y a ser mucho más querido y apreciado… en general. Porque esta regla tiene un pequeño fallo. Normalmente funciona, ya que, por ejemplo, si a ti te gustaría recibir dinero y haces lo propio con otras personas, lo más normal es que queden encantadas. Sin embargo, si piensas un poco, lo que a ti te gusta que te hagan no tiene por que agradar a otras personas cuando se lo hagan. Aun así, es un gran adelanto sobre la primera regla de oro.
Y aun así, existe la regla de oro “plus” de 24 quilates. Todo se puede mejorar. Si al usas, no solo tendrás lo beneficios de las dos anteriores, además el mundo será tuyo, nadie se te resistirá. Simplemente corrigiendo un poco la regla de oro anterior, las diferencias a tu favor serán muy notables. Esta es la regla definitiva: haz a los demás lo que ellos esperan que hagas para ellos. Si lo gras penetrar el alma de las personas, averiguar que es lo que de verdad desean y ansían, y se lo proporcionas, el mundo es tuyo. Naturalmente, hay que usar esta regla de oro con prudencia, pues no es bueno el ir satisfaciendo absolutamente todos los deseos de los demás, siempre hay que dejar a las personas con cierta necesidad de ti.
En resumen, estas son las tres reglas de oro:
1.- No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.
2.- Haz a los demás lo que te gustaría que te hagan a ti.
3.- Haz a los demás lo que ellos esperan que hagas para ellos.
Úsalas con responsabilidad y la humanidad te lo agradecerá y tu vivirás mejor.
Una cuestión de sentido común que perdemos de vista muchas veces. Hasta el punto que la gente confunde amabilidad con flirteo (y escribo con conocimiento de causa).
ResponderEliminarYa creo que seríamos mejores si estás tres reglas las cumpliésemos en un 50%...
Saludos
La gente empieza a estar poco acostumbrada a la amabilidad, tanto como para darla como para recibirla, de ahí las confusiones. Es una pena.
EliminarSaludos
Como dice el refrán: obras son amores y no buenas razones. El papel lo aguanta todo.
ResponderEliminarUn saludo.
Como dijo el profeta, por sus frutos los conoceréis. Mas observar los hechos, las palabritas, el vientos se las lleva.
EliminarUn saludo.