Primero, evita caer en estos cinco pensamientos después de una ruptura:
a. "Quiero seguir siendo amigo(a) de mi ex."
b. "¿Habrá encontrado a alguien mejor que yo?"
c. "Esta situación es culpa de ambos. ¿Por qué solo yo debería sufrir? ¡Él/ella también debería pagar por esto!"
d. "No debí haber terminado. Todavía siento algo y quiero intentar que vuelva, aunque tenga que rogarle."
e. "Lo vi después de unos meses y quise tener intimidad con él."
Los primeros cuatro pensamientos son fáciles de entender, pero el último requiere un análisis más profundo. Los psicólogos estadounidenses estudiaron a 792 personas y encontraron que los jóvenes de entre 17 y 24 años tienden a confundir más el amor con el deseo. Estos jóvenes experimentan más problemas emocionales, ya que el 53% de ellos han retomado alguna vez una relación con su ex, cayendo en un ciclo de romper y reconciliarse repetidamente.
Esta inestabilidad emocional puede dificultar que construyan relaciones saludables con otras personas. Las experiencias físicas y emocionales están conectadas, pero no son iguales. Es importante comprender las razones por las cuales esa persona perdió el interés inicial; si no se identifica y resuelve la causa, incluso si la atracción o el deseo reaparecen, estos solo añadirán más confusión y podrían dañar aún más la capacidad de establecer relaciones significativas y duraderas con otros en el futuro.
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