Koko: el gorila que rompió barreras entre especies
Koko, nacida en 1971 en San Francisco, fue una gorila que asombró al mundo por su capacidad de comunicación y su inteligencia emocional. Bajo la tutela de la doctora Francine Patterson, aprendió más de 1,000 signos del lenguaje de señas americano (ASL) y comprendía alrededor de 2,000 palabras en inglés hablado.
Su coeficiente intelectual, estimado entre 70 y 90, era comparable al de un niño humano con un desarrollo lento pero funcional. Koko no solo dominó los signos que le enseñaron, sino que también inventó otros nuevos, como "pulsera de dedo" para referirse a un anillo, demostrando una notable capacidad creativa.
Además de su destreza lingüística, Koko desarrolló habilidades complejas como el sentido del humor y la capacidad de comprender emociones humanas. Una de las historias más conmovedoras de su vida fue su amistad con el actor Robin Williams. En 2001, Williams visitó a Koko durante un momento difícil para ella, cuando se temía que estuviera desarrollando melancolía debido al cautiverio. La conexión entre ambos fue inmediata; Koko incluso utilizó el signo "amigo" para describirlo tras su encuentro. Años después, cuando se enteró del fallecimiento del actor en 2014, mostró signos evidentes de tristeza, llorando durante días.
Otro aspecto entrañable de Koko fue su amor por los gatos. Durante mucho tiempo expresó su deseo de tener uno y, tras recibir un peluche al principio, finalmente le regalaron un gatito real al que llamó "All Ball". Lo cuidó como si fuera su hijo y sufrió profundamente cuando el gatito murió atropellado meses después. Posteriormente, le dieron más gatos a los que nombró Lipstick, Smoky, Miss Gray y Miss Black. Su relación con estos animales reflejaba una sensibilidad única y una conexión emocional profunda.
Koko no solo dejó un legado científico al demostrar las capacidades cognitivas y emocionales de los gorilas, sino que también inspiró historias como la novela Congo de Michael Crichton. Su vida nos enseñó que los animales poseen una inteligencia emocional y lingüística más compleja de lo que imaginamos. Falleció en 2018 a los 46 años, siendo recordada como un símbolo de comunicación y empatía entre especies.
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El egocentrismo de los humanos, nos impide pensar que hay otras especies inteligentes. Por supuesto que tenemos diferencias entre ellas y nosotros pero la inteligencia es de cantidad y no de cualidad. Los gorilas, chimpancés, bonobos , orangutanes, ballenas, orcas, delfines, están en nuestra misma senda, solo que tal vez les falta algunos millones de años para estar a nuestra altura, años que no tienen porque vamos a extinguirlos mucho antes que eso sucesa.
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