Un hombre entró en el confesionario y le dijo a su sacerdote: "Casi tengo una aventura con otra mujer".
El sacerdote dijo: "¿Qué quieres decir, casi?" El hombre dijo: "Bueno, nos desnudamos y nos frotamos el uno contra el otro, ¡pero luego me detuve!"
El sacerdote dijo: "Frotarse unos contra otros es como ponerse en ello. Nunca volverás a ver a esta mujer. ¡Por tu penitencia, reza cinco Ave Marías y pon $50 en el baúl de los pobres! »
El hombre salió del confesionario, rezó sus oraciones y luego se dirigió a la caja de las limosnas. Hizo una pausa por un momento y luego comenzó a irse.
El sacerdote, que lo estaba observando, corrió hacia él y le dijo: "Lo he visto. ¡No has puesto dinero en el baúl de los pobres!
El hombre respondió: "Sí, pero froté los $50 en la caja, y según usted, ¡es lo mismo que ponerlos!"
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Dice la Biblia, si lo pensó ya peco, y ya estaba consumado el pecado, y no habla de arrepentirse, que es lo si le deberaria del pecado.
ResponderEliminarQue mas que católico parece judio!
ResponderEliminarEl hombre le quiere decir al Padrecito que es lo mismo frotar el pene en el cuerpo de la mujer, pero no tener sexo. Por eso froto el billete de $50 pesos en la caja.
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