¡Hackea tu energía! 🧠 El secreto de un neurocientífico de Stanford: 8 hábitos poderosos (luz, frío y café tardío) para un máximo rendimiento.
Andrew Huberman, neurocientífico de la universidad de Stanford, explica que nuestros niveles de energía están controlados por sistemas biológicos precisos. Si quieres rendir al máximo, no necesitas más "fuerza de voluntad", necesitas darle a tu cuerpo las señales correctas.
Aquí tienes los hábitos clave basados en sus protocolos. Tu mañana: cómo empezar con máxima energía. Lo que haces en los primeros 120 minutos del día determina el resto de tu jornada.
1. Recibe luz solar (es innegociable)
Tu primer objetivo al despertar es recibir luz solar natural y brillante.
Pasa de 5 a 10 minutos al aire libre. La luz del sol (incluso en un día nublado) envía una señal potente a tu cerebro para regular tu ciclo de sueño y vigilia (tu ritmo circadiano).
Esto ayuda a establecer un pico saludable de cortisol por la mañana (que es bueno para la energía) y asegura que te dé sueño por la noche. Si aún está oscuro, usa luces artificiales muy brillantes.
2. Retrasa el café (90-120 minutos)
Este es el consejo más difícil y el más efectivo.
Espera al menos 90 minutos después de despertar para tomar tu primera taza de café.
Al despertar, tu cuerpo aún procesa la adenosina (la molécula que te da sueño). Si tomas café de inmediato, solo "aparcas" esa adenosina, lo que provoca el inevitable crash (bajón) de energía por la tarde. Esperar permite que tu cuerpo se limpie primero.
3. Prueba la exposición al frío
Si buscas un impulso inmediato, el frío es tu aliado. Considera una ducha fría o un baño de agua fría.
El frío provoca una liberación de epinefrina (adrenalina) y dopamina, proporcionando un aumento temporal y potente de la alerta y la energía.
4. Muévete (aunque sea poco)
Realiza alguna actividad física. Incluso 15 minutos de ejercicio moderado antes de una tarea cognitiva pueden mejorar significativamente tu enfoque.
El ejercicio aumenta la epinefrina y te pone en un estado de alerta óptimo para el trabajo mental. La energía de la mañana es fácil; el reto es mantenerla.
5. Almuerza estratégicamente
Evita el "coma alimenticio" de después de comer. No tengas un almuerzo grande y pesado, especialmente alto en carbohidratos (pastas, arroz blanco, pan en exceso), ya que esto causa somnolencia.
Opta por comidas más ricas en proteínas y grasas saludables, que proporcionan energía sostenida sin los picos y caídas de la glucosa.
6. Toma descansos de "desenfoque"
Tu cerebro no puede mantenerse enfocado intensamente durante horas. Aléjate activamente de tus periodos de enfoque intenso.
Huberman llama a esto "desenfoque deliberado". No es procrastinar; es darle a tu cerebro un descanso necesario para que pueda volver a recargar energía mental. Ver Cómo dejar de procrastinar: una guía práctica con 8 consejos
7. Tacha las tareas pendientes que has realizado
La energía también es mental y se alimenta de la motivación.
Tacha elementos de tu lista de tareas pendientes.
El acto de completar una tarea, por pequeña que sea, libera dopamina. Este "premio" químico te da una sensación real de energía y te impulsa a seguir.
8. Mantente hidratado
Es lo más básico, pero a menudo lo olvidamos. Asegura una hidratación adecuada durante todo el día.
La deshidratación, incluso leve, es fundamental para mantener tanto la energía física como la concentración mental. (Huberman a menudo menciona añadir electrolitos, como una pizca de sal, al agua matutina).
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