Los Premios IgNobel 2024, organizados por la revista satírica Annals of Improbable Research, volvieron a galardonar algunas de las investigaciones más inusuales del año, combinando humor y ciencia.
La 34ª edición, celebrada en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), incluyó investigaciones tan curiosas como la posibilidad de que los cerdos respiren por el ano, la viabilidad de usar palomas para guiar misiles, y la sorprendente capacidad de los peces muertos para nadar.
Uno de los premios destacados fue el de Fisiología, que se otorgó a un equipo japonés por descubrir que los cerdos pueden respirar oxígeno a través del recto, lo que abre la puerta a futuras aplicaciones en medicina humana. Este método consiste en introducir un líquido rico en oxígeno por el ano, permitiendo la oxigenación de la sangre en situaciones críticas.
El premio de la Paz fue para un estudio del psicólogo B.F. Skinner, que investigó si las palomas podían ser entrenadas para guiar misiles, un proyecto militar que, aunque no prosperó, fue reconocido en esta ocasión por su originalidad.
En Botánica, se premió una investigación que demostró que una planta enredadera de Chile imita la forma de plantas artificiales de plástico que se encuentran cerca, mientras que el IgNobel de Anatomía fue para un estudio que investigó si el cabello de las personas en el hemisferio norte y sur se arremolina en direcciones diferentes.
El IgNobel de Física fue especialmente llamativo: James Liao, de la Universidad de Florida, estudió el movimiento de los peces muertos en la corriente y demostró que, bajo ciertas condiciones, estos pueden moverse como si estuvieran vivos. Durante la ceremonia, Liao besó un pez falso en una muestra humorística de su trabajo.
El premio de Probabilidad lo ganó un equipo que demostró, tras lanzar una moneda 350.757 veces, que esta tiende a caer en el mismo lado en el que comenzó. En Química, un estudio logró separar gusanos borrachos de sobrios mediante cromatografía.
Finalmente, el premio de Demografía fue otorgado a una investigación que descubrió que muchas personas famosas por haber vivido mucho tiempo lo hacían en lugares con pésimos registros de nacimientos y defunciones, lo que cuestionaba la veracidad de sus longevidades.
A lo largo de la ceremonia, con su característico tono de humor, se reiteró la importancia de estas investigaciones que, aunque absurdas en apariencia, invitan a la reflexión y subrayan el lado más divertido y creativo de la ciencia.
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