Donald Trump: el arte de pensar y actuar como un negociador nato
Donald Trump no es simplemente una figura política o mediática: es, ante todo, un negociador. Su libro El arte de la negociación, publicado en 1987, revela los cimientos de su forma de pensar y actuar en los negocios —y, más adelante, en la política—.
En este libro, Trump no solo cuenta sus éxitos; expone con claridad su mentalidad, su forma de evaluar oportunidades y cómo convierte cualquier interacción en una negociación.
1. Pensar en grande
Trump repite una y otra vez que pensar en grande es clave. Para él, si vas a tener que trabajar duro de todos modos, ¿por qué no apuntar a algo ambicioso? Esta mentalidad lo llevó a construir rascacielos icónicos en Nueva York y a cerrar tratos con cifras descomunales. No se trata de locura, sino de una confianza ciega en sus capacidades y una visión clara de lo que quiere lograr.
Pensar en grande es, para Trump, también una estrategia psicológica. Cuando proyectas ambición, fuerza y seguridad, los demás te respetan (o al menos, te temen), y eso te da ventaja en cualquier mesa de negociación.
2. Crear una imagen poderosa
Trump entiende el valor de la percepción. Para él, la realidad es importante, pero la imagen lo es aún más. Construyó su marca personal como sinónimo de éxito, lujo y poder. La Torre Trump, por ejemplo, no es solo un edificio: es un símbolo. En su libro, enfatiza que una imagen fuerte puede inclinar la balanza a tu favor, incluso si los hechos no están totalmente de tu lado.
En su vida política, siguió este mismo principio: proyectó ser un outsider exitoso que venía a "hacer tratos" mejores para Estados Unidos. Su retórica, por más controvertida, fue coherente con la imagen de líder firme y sin pelos en la lengua.
3. Usar la exageración como herramienta
Trump admite que a veces exagera. Lo llama una "hipérbole veraz". En sus palabras, exagerar no es mentir, sino destacar tanto lo positivo que la gente se sienta atraída. Este recurso le sirve para generar entusiasmo, cerrar tratos y desviar la atención de debilidades reales.
Este estilo se vio también en su carrera política: promesas desmesuradas, declaraciones grandilocuentes y una forma de hablar que siempre apunta a lo emocional más que a lo racional.
4. Conocer el terreno de juego
Una de las reglas de oro de Trump es hacer la tarea. Antes de cualquier trato, estudia a la contraparte, investiga cifras, leyes, regulaciones y tendencias del mercado. Detrás de su fachada impulsiva hay, según él, una preparación meticulosa. Sabe que quien domina la información tiene el poder.
Esta táctica le ha permitido entrar en negociaciones desde una posición de fuerza, consciente de sus márgenes, sus límites y lo que la otra parte realmente necesita.
5. Tener siempre una alternativa
Trump nunca entra en un trato desesperado. Siempre busca opciones. En El arte de la negociación insiste en que hay que estar dispuesto a levantarse de la mesa. Esta actitud transmite fuerza, y muchas veces hace que la otra parte ceda más de lo que pensaba.
En otras palabras: el que necesita menos, gana más. Esta es una de las claves que repite y ejemplifica constantemente.
6. Moverse rápido cuando huele oportunidad
Trump es rápido. No se queda paralizado por el análisis eterno. Si detecta una posibilidad, actúa con decisión. En su libro, relata cómo muchas de sus mejores adquisiciones surgieron en momentos de crisis o incertidumbre, cuando otros dudaban.
La velocidad no significa imprudencia, sino confianza en el instinto y en la experiencia acumulada. Para Trump, el buen olfato es una herramienta de negocios tan valiosa como los números.
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