En una ocasión, el hombre más rico del mundo, John D. Rockefeller, realizó un envío de cereales a través de Los Grandes Lagos. El producto estaba valorado en miles de dólares, pero Rockefeller decidió no asegurarlo, ya que, según él costaba demasiado: 150 $... Ver Maquiavelo. Sobre la generosidad y la avaricia La noche en que la carga debía llegar a destino se produjo una violenta tempestad en el lago Erie y el magnate entró en crisis por la posible pérdida del cargamento. Cuando su socio George Gardner llegó a la oficina por la mañana, lo encontró desencajado y paseándose. — "¡Corre!", gritó Rockefeller. "Trata de contratar el seguro ahora antes de que sea demasiado tarde y ya no podamos hacerlo". Gardner corrió a la aseguradora y obtuvo el seguro, pero, cuando volvió a la oficina, encontró a John en un estado todavía peor que cuando se había ido. Había llegado un telegrama: El cargamento había sido descargado sin que la tempestad lo afectara. Rockefeller