Aprender a manejar tus emociones sin negar tus sentimientos es ante todo decidir tener el control de tu vida.
1. Identifica los primeros signos.
Para reaccionar en el momento adecuado, es importante identificar los signos de emociones fuertes. La anticipación es la palabra clave para un mejor control de tus emociones. Los signos más comunes observados según las diferentes emociones sentidas son: nudo en la garganta, manos sudorosas, temblores, llanto, sudoración, dientes o puños apretados…
Ver Cómo controlar tus emociones en 5 pasos
2. No reacciones exageradamente
Cuando una emoción nos invade, es mejor mantenerla a distancia para no reforzarla. Sin sofocarla, hay que aceptarla pero no hacer ni decir nada hasta que se encauce, a riesgo de equivocarse o decir cosas lamentables.
3. Optar por una actividad automática
Para recuperar la calma y la claridad mental, debes evitar concentrarte en tu emoción y descentrarte de ella ocupando tu cerebro de otras maneras. Pasear, hacer deporte, limpiar, etc. te permite poner tus emociones en espera para volver a ellas con más calma después.
4. Exteriorizar
Si una emoción es demasiado fuerte y envolvente, si es demasiado complicada, debe exteriorizarse. Escribir es una buena forma de distanciarte de tus emociones. No dudes en reservar un cuaderno dedicado a esta actividad, que podría llamarse “El cuaderno de mis emociones”.
5. Practica la visualización positiva
Cuando te surja una emoción, en lugar de dejarte sorprender, reacciona imaginándote en un buen estado de ánimo: visualízate gestionando con éxito esta emoción y recuperando el control. Puedes aplicar este método a cada evento que te despierte una o más emociones fuertes: una reunión de trabajo, un examen de salud, una discusión, etc.
Una emoción es una reacción a una situación particular, pero muy a menudo esta situación se hace eco de una situación similar vivida en la infancia. Saber por qué eres tan propenso a la ira, la frustración o la tristeza te permitirá comprender mejor tus emociones porque sabrás la causa. En ocasiones es necesaria la ayuda de un psicólogo para llevar a cabo tu trabajo.
6. Nómbralos
Si estás sintiendo una emoción fuerte, trata de identificar qué tipo de emoción es (ira, tristeza, frustración, miedo, etc.) luego trata de asociarla con tres palabras para describirla y definir lo que estás sintiendo: las palabras pueden conciernen a los síntomas (un nudo en la garganta), a la intensidad (tsunami) o incluso a la causa de la emoción (injusticia, por ejemplo).
7. Escríbelos
Para manejar mejor tus emociones, es importante reconocer la intensidad de la emoción experimentada. ¿Estoy realmente enojado o simplemente molesto? ¿Estoy de mal humor o francamente desesperado? Por cada emoción sentida, puntúa del 0 al 10 en la escala de intensidad.
8. Pon límites
En caso de una emoción demasiado fuerte, en lugar de querer a toda costa devolver una imagen suave de ti mismo mientras se está produciendo un torbellino en tu interior, permítete decirlo alto. No trates de ser amable o devolver una buena imagen de ti mismo, más bien di lo que te disgusta y te molesta, pero sopesa tus palabras. Esto evitará que acumules resentimiento y explotes como una olla a presión.
9. Habla con alguien en quien confíes
Hablar de sus sentimientos con una persona cariñosa es reconfortante y liberador. El simple hecho de describir tus emociones te permite superarlas. Esto nutre el bienestar mental y físico y promueve la perspectiva.
Muy buenos tips! Gracias
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