La alternativa de Mercosur a EEUU es la más interesante y conveniente para Europa.
La reciente tormenta arancelaria desatada por el presidente norteamericano Donald Trump ha generado una situación sin precedentes que podría sembrar el caos en las economías y el comercio global.
Trump ha impuesto aranceles que van desde un mínimo del 10% a las exportaciones de países amigos, hasta un máximo del 34% a China. Esta medida proteccionista recuerda a la Ley Smoot-Hawley de 1930, que contribuyó a la contracción del comercio global durante la Gran Depresión.
La imposición arbitraria de aranceles suele provocar un efecto boomerang. Aunque Trump pretende reducir los impuestos para los estadounidenses con los ingresos arancelarios, esto podría llevar a un aumento de la inflación debido al encarecimiento de las importaciones. Este incremento en los precios podría superar la rebaja fiscal, resultando en un empobrecimiento general y posibles desabastecimientos de bienes esenciales.
Además, los países afectados por los aranceles podrían responder gravando las importaciones de EEUU con tasas similares, lo que afectaría negativamente a las exportaciones y la producción de las empresas norteamericanas. Esto ya se ha reflejado en la caída de las bolsas, especialmente en las empresas estadounidenses.
Ante esta situación, los socios comerciales tradicionales de EEUU podrían reorientar su comercio hacia mercados alternativos. En este contexto, Mercosur se presenta como una opción interesante y conveniente para Europa. El Mercado Común del Sur, integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, es una potencia económica con un PIB significativo y una población considerable.
En el caso de España, las exportaciones a EEUU representan alrededor del 5% de todas sus ventas exteriores y el 2,3% de su PIB. Sin embargo, el saldo comercial es deficitario, y sectores como el automóvil, agroalimentario, maquinaria y equipos electrónicos, minerales y metales están amenazados. Además, la inversión de EEUU en España ha disminuido, y las relaciones entre ambos gobiernos podrían empeorar si se mantienen las tensiones actuales.
La sustitución de España por Marruecos como principal aliado estratégico de EEUU en el Mediterráneo y la imposición de aranceles más bajos a las importaciones marroquíes en comparación con las españolas podrían provocar un efecto de sustitución de productos españoles por marroquíes, especialmente en el sector agroalimentario. Esta situación refleja las consecuencias de tener un gobierno con una postura antiamericana y un presidente que intenta liderar el antitrumpismo global, aunque con poco éxito.
Y tú, ¿qué opinas?
Te invito cordialmente a compartir esto con todos tus amigos. Tu apoyo significa mucho. ¡Gracias de antemano!
Comentarios
Publicar un comentario